A Illa achaca al estado del puente los daños sufridos por seis coches

Rosa Estévez
r. estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

VITOR MEJUTO

Urgen a la Xunta a acometer el arreglo de las juntas de dilatación

07 oct 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El puente de A Illa necesita, urgentemente, una reparación. Así lo asegura el gobierno que encabeza Carlos Iglesias, que se ha dirigido ya en varias ocasiones a la Xunta para que asuma su responsabilidad de una vez y ponga fin a los problemas detectados en el viaduto. «É moi grave o que está sucedendo; deben estar esperando a que haxa un accidente, outra vez, para vir arranxala», dice un comunicado de prensa firmado por Luis Arosa, edil isleño.

¿Y qué es lo que pasa en el puente? Pues, básicamente, que las juntas de dilatación necesitan una buena puesta a punto. «Actualmente, xa levamos seis vehículos con pinchazos por esta causa», explican desde el Concello isleño. Desde la Xunta se les había comunicado que esos trabajos se acometerían en el mes de septiembre, pero el plazo ha terminado y los trabajos siguen sin hacerse. «Por desgraza, a Xunta xa nos ten acostumados á súa inoperatividade e deixadez con este Concello», asegura el ejecutivo local.

Y es que tienen más ejemplos que poner, además del estado de las juntas de dilatación del puente. «O abandono pódese comprobar na rotonda de entrada ao municipio, que a maleza xa cubre totalmente e non se ven trazas de que a vaian vir limpar». Tampoco tenía el gobierno local confianza en que la Xunta mandase operarios a adecentar el vial de acceso a O Xufre, por lo que la pasada semana operarios municipales realizaron trabajos de desbroce. «A maleza xa estaba chegando aos carrís de circulación, tanto dos vehículos como das bicicletas, aínda que estas últimas levan esperando dende que se inaugurou a estrada por un carril bici en condicións». «A Xunta non está nin se lle espera neste Concello, pero estamos fartos de facerlle o traballo, gastando recursos deste Concello que poderían ir destinados a outras cousas. É inadmisible o abandono absoluto no que nos teñen», concluye Luis Arosa.