Recetas para corregir una deriva que nos arrastra a todos

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

MONICA IRAGO

Una reforma fiscal y el aumento del gasto social son los dos ejes de acción planteados por los ponentes

20 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Una tarjeta de aparcamiento para una persona con discapacidad puede tardar en tramitarse la friolera de dos o tres años en Vilagarcía. El dato lo aportó ayer, en el transcurso del Foro Voz, Tania García, la concejala de Servizos Sociais. Esa demora, insufrible, inaceptable, viene derivada de la lentitud con la que se mueve la Administración a la hora de reconocer una discapacidad. Julia Souto, trabajadora social en el Concello de A Illa, había dado poco antes una pista de lo que supone alcanzar una primera valoración: hay esperas de hasta tres años. Hace falta más personal para agilizar unos procesos de los que depende, el tema es muy serio, la vida de muchas personas. Y hace falta, también, más inversión para poder ofrecer a esos mismos afectados las atenciones y cuidados que necesitan.

Sin embargo, la crisis puso de moda los recortes. Y los servicios sociales han sido unos de los grandes castigados por esa práctica consistente en reducir las partidas necesarias para insuflar vida a las buenas palabras vertidas en leyes como la de la Dependencia. Esa fue una de las conclusiones que ayer se extrajeron del Foro Voz. No fue la única. El encuentro resultó, en palabras de Albino Prada, «reconfortante, porque hai un diagnóstico preciso das necesidades que hai que cubrir» para que la tercera edad -la de hoy y la futura- tengan garantizados los derechos que debe brindar el estado del bienestar a sus ciudadanos.

Ahora no ocurre así. Las pensiones menguan, y el Gobierno intenta, según señaló Paco Cuba, amedrentar a los trabajadores lo suficiente para que fíen parte de su futuro a planes privados. El sistema, apuntó Albino Prada, tiene que soportar el lastre de los «gorrones». ¿Y quiénes son esos gorrones? Pone un ejemplo. «Un autónomo mileurista paga un 30 % dos seus ingresos. Un señor que gaña 10.000 euros ao mes, está pagando o 9 %», explicó. Juzguen ustedes mismos quién es el gorrón, y quién el costalero.

Corregir ese tipo de derivas es lo que un gobierno «sin miopía» debería abordar de inmediato para garantizar que vivan bien los ciudadanos de un país que ha recuperado el nivel de riqueza de antes de la crisis. En lugar de ello, señala el economista, se están buscando otras vías, «tóxicas e corrosivas». Vías que conducen «a unha ruptura social», a un sálvese quién pueda y cómo pueda para el que solo hay un antídoto. Lo verbalizaba Paco Cuba: la solidaridad. La responsabilidad ciudadana. Solo así se corregirá una deriva que nos arrastra a todos.

«Temos moitos maiores vivindo sós nas cidades»

Como era de esperar, la concejala de Servizos Sociais, Tania García, reclama mayor inversión en dependencia y discapacidad, pero incide también en la necesidad de desarrollar políticas transversales que hagan de las ciudades y de la sociedad un espacio amigo de los mayores.

tania garcía

«Os gorróns do sistema deben arrimar o ombreiro»

El economista Albino Prada considera necesario y urgente abordar una reforma fiscal que elimine lo que califica de «gorróns do sistema financieiro», un término con el que designa a quienes «saen de rositas do sistema do IRPF» y no contribuyen como les corresponde.

albino prada

«Hai que facer inversión en Servizos Sociais»

La trabajadora social del Concello de A Illa, Julia Souto, considera que la Lei de Dependencia es una herramienta útil sobre el papel, pero que pierde su sentido y su eficacia si no se dota de los recursos necesarios. ¿Cuenta con ellos? La respuesta es clara: no.

julia souto

«Cada un ten que achegar o que lle corresponde»

Entre un amplio abanico de propuestas, el secretario de política social de la Federación de Pensionistas de CC.OO. hizo hincapié en la necesidad de introducir elementos correctores que hagan que «cada un achegue o que lle corresponde», eliminando el tope salarial de cotización.

paco cuba