Cómo ajustarle las cuentas a alguien en el mar de Arousa

Serxio González Souto
s. gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

Vaca Films inicia el rodaje de «Quien a hierro mata» con un actor sacudido como una cuerda de batea

06 abr 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

No será el único escenario del trepidante rodaje que ayer se iniciaba en A Illa, pero está claro que la ría de Arousa está ganando puntos como plató, cinematográfico, en este caso. El director Paco Plaza y la productora Vaca Films, que juega en casa, desembarcaron en el muelle de Cabodeiro para rodar una de las primeras escenas que compondrán Quien a hierro mata, una intriga que tantea el universo del narcotráfico y cuenta con Luis Tosar al frente de un elenco con fuerte protagonismo gallego. La cosa empezó de forma espectacular, con un actor siendo sacudido como una vulgar cuerda de batea.

El asunto debe de ser producto de la mente arousana de Juan Galiñanes, el cineasta cambadés que firma el guion de esta historia sobre los efectos devastadores del odio y el rencor. El caso es que uno de los especialistas fue sometido a una tortura digna de aquellos bucaneros que hacían pasar a sus víctimas bajo las quillas de sus veleros. Nuestro hombre fue arrojado al cesto de un barco mejillonero, para ser sumergido una y otra vez en las frías aguas del mar de Arousa. El aguante demostrado por el protagonista de tan comprometida secuencia es, desde luego, digno de todos los elogios. En cuanto emergía, era arropado con una manta y proveído de café caliente al que probablemente le hubiesen ido de maravilla unas gotas.

El rodaje se trasladará durante el fin de semana a Vilanova y Cambados, donde se aguarda ya la presencia de Tosar. Se trata de la primera película que Galiñanes aborda como guionista de ficción. Según él mismo explicó el miércoles en A Coruña, durante la presentación de un trabajo que también apadrina Atresmedia, la idea surgió de una visita a su abuelo. Tosar dará vida a Mario, un enfermero que se gana la vida atendiendo a los ancianos de una residencia. El pasado le golpeará como una maza en la persona de Antonio Padín, un capo que abandona la prisión y llega al geriátrico. No es, insiste el equipo, una película de narcotráfico, aunque la orilla más oscura de las rías desempeñe un papel importante en el relato. Que se lo digan al hombre que ayer se sumergía a bordo de un cesto. Ajuste de cuentas a la arousana.