Primeras cuentas tras la tormenta

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

Mónica Irago

El sector del mar de Carril reconoce cierta preocupación por todo aquello que el Ulla ha podido arrastrar hasta la ría; hoy tomarán muestras de la calidad del agua

06 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

El agua dulce del Ulla es la responsable de la riqueza marisquera de Carril. Pero puede convertirse, cuando las cartas vienen mal dadas, en la condena a muerte de las almejas que crecen en el fondo de la ría. El tiempo registrado en los últimos días ha hecho saltar las alarmas en la cofradía y la agrupación de parquistas. El presidente de ambos colectivos, José Luis Villanueva, explicaba ayer que ha encargado unos análisis para saber cómo están las cosas en el mar que rodea Cortegada. Tanto en lo que salinidad se refiere, como «por todo o que poida vir arrastrado polo río».

En Carril, el sector mira de reojo al río y también a la playa. Los arenales que unen la villa marinera con el centro urbano se encuentran repletas de todo tipo de residuos devueltos por el mar. Temporales como el de la semana pasada han permitido al mar arrancar algas de los fondos, y devolver a tierra toda la basura que antes le habíamos lanzado los humanos.

Quejas vecinales

Sabela Mosteiro e Iria Vidal miran con pena esos residuos que invaden las playas. Gracias a ellas son algunos menos: llenaron un contenedor, tres bolsas de basura grande y una pequeña con todos esos restos que fueron encontrando a su paso por el arenal de Carril. Tras esta voluntaria recogida, se dirigieron al concello junto a Concepción Mouriño. «Finalizado o verán, as praias quedan abandonadas, non hai quen veña a limpar», lamentan las jóvenes. Por ello, no dudaron en dirigirse a la concejalía de Medio Ambiente para presentar un escrito en el que solicitan que se realicen limpiezas más allá del período estival. «Entendemos que é caro manter o mesmo número de limpezas, pero si deberían facerse cando hai temporal», señalan. En su paseo por Carril se encontraron con numerosos aparatos de pesca (desde redes y cuerdas hasta las cajas para guardar el marisco) hasta plásticos. El concejal de Medio Ambiente, Lino Mouriño, señala que con la proximidad de Semana Santa se hará una limpieza.

Las secuelas del temporal se sintieron también en otros puntos de la ría. En A Illa, la marea llegó a cubrir los paseos marítimos. «Danos non houbo», explicaba ayer el alcalde socialista de esta localidad, Carlos Iglesias. El único problema reseñable, añadía, fue el apagón que se produjo en dichos paseos a consecuencia de la inundación. «Foi moi pouco tempo», asegura el primer edil.

Las torrenciales lluvias caídas durante las últimas jornadas parecen ser, también, las responsables de la pequeña sucesión de desprendimientos que se han registrado en varios de los enlaces de la Autovía do Salnés, como en el tramo de salida hacia Vilanova y A Illa de Arousa.

Vientos de suroeste y mareas vivas, la suma que hizo que las rías desbordasen

Con más virulencia que en Arousa, la ría de Pontevedra parecía un vaso desbordado a fines de la semana pasada. El mar salió de sus límites habituales e invadió la autovía de Marín, el muelle de As Corbaceiras, el casco histórico de Combarro y parecía, por momentos, que iba a engullir playas, paseos marítimos y todo lo que se le antojase. Jueves, viernes y sábado se dio la conjunción perfecta. Se aliaron todos los factores atmosféricos adecuados para esta inusual escena que pilló desprevenidos a vecinos y conductores. Los vídeos y fotos en las redes sociales revolucionaron la comarca. No todos los días se ve la autovía convertida en una piscina.

MeteoGalicia señala que se sumaron dos efectos. La semana pasada hubo luna llena que provocó mareas vivas, es decir, la bajamar fue más grande de lo habitual, pero también lo fue la pleamar. Es normal dentro de los ciclos naturales de la luna. Lo que ya no fue tan frecuente es la dirección del viento durante la borrasca que azotó Galicia. Hubo viento del suroeste, es decir, que procedía desde el sur y no desde el noroeste como es normal en estas fechas.

Las rías quedaron entonces en la trayectoria directísima de estas rachas de viento. Así que el mar de fondo, lo que se conoce popularmente como mareas vivas, unido al viento del suroeste con una fuerte borrasca desde el Atlántico es la clave. Si a esto se le añade que los ríos Lérez y Gafos ya bajaban con un caudal muy superior al normal por causa de las constantes lluvias de estas últimas semanas, tenemos los elementos suficientes para explicar por qué se dio la inundación de As Corbaceiras. El agua del río quedaba frenada en la desembocadura por el mar de fondo empujado por el viento del suroeste.

La ría se convirtió así en un vaso que desbordaba.