La almeja gallega recupera fuelle frente al producto de importación

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

MARTINA MISER

La abundancia de marisco en Noia marca el compás, pero la campaña navideña no ha hecho más que empezar; la próxima semana la actividad se disparará

16 dic 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Para el sector del marisqueo arousano, la campaña de Navidad no está siendo típica. Ni las mareas acompañan, ni los precios alcanzan las cifras de relumbrón de otros tiempos. Pero ojo, que no sean desorbitadas no quiere decir que el marisco se haya quedado en malos valores. «Non. Están bastante ben», afirma Lola Gondar, la vicepatrona del pósito meco. Están bastante bien y bastante estables, ya que esta Navidad parece que el marisco foráneo no ha encontrado el camino hacia Galicia, lo que impide que desbarate cuentas y subastas. «Se entrase produto de fóra habería baixóns nos prezos nas lonxas, e de momento non foi así», señala Gondar.

Preguntamos en el resto de puertos de la ría y la sensación es similar. «Aínda poden pasar moitas cousas, que a campaña non está rematada, pero realmente este ano non se ven camións circulando coma outras veces», apunta desde A Illa Carmen Dios. Ella, como otras voces en el sector, considera que hay varios factores que influyen en el retroceso del marisco foráneo. Primero, que escasea. Y segundo, que los precios en los que se ha instalado el producto local hacen que a los comercializadores no les valga la pena arriesgar.

En Cambados, el patrón mayor, Ruperto Costa, considera que este año es otro el elemento que está marcando el compás de esta campaña: la ría de Noia. Los excelentes datos de producción que se registran en la zona norte parecen haber relegado a un segundo plano lonjas como las arousanas. Estas, aún así, aguantan el tirón, explican desde A Illa, gracias «aos clientes de todo o ano, que xa coñecen o produto que temos aquí».

Desde el sector de los depuradores reconocen que la excelente cosecha marisquera que ofrece la ría de Noia está fijando el ritmo en este final del 2017. Además, señalan que los precios del producto, pese a haber repuntado, no se han salido de los límites marcados por el mercado. Y es que la Navidad, pese a seguir siendo una etapa clave para el sector, ya no es lo que fue en otros tiempos. Para compensar, ahí está el verano. Y es que, de dos años para aquí, el período estival se ha convertido en una etapa clave. «Se nota el bum turístico», dicen desde el sector depurador, desde el que apuntan también que los clientes estivales son locales.

Pero la campaña navideña no ha hecho más que empezar: la próxima semana la actividad se disparará. Precisamente por eso, el patrón mayor de A Illa, Juan Rial Millán, se muestra reacio a hacer cualquier tipo de valoración. «Hai que esperar a xaneiro para poder dicir algo», señalaba ayer. De momento, saber que los mariscadores cogen los topes y que los precios se sostienen es más que suficiente. La lectura reposada de los datos llegará después de las fiestas.

El grupo crítico de las mariscadoras de Carril gana un pulso a la cofradía

La crisis abierta en el seno de la agrupación de marisqueo a pie de Carril sigue sumando capítulos. El último se registró ayer tanto en la playa como en la lonja, los dos escenarios en los que el grupo de mariscadoras críticas ha lanzado -y ganado- un pulso a la directiva de la agrupación y, por extensión, a la de la cofradía.

El pasado jueves, los responsables de la agrupación decidieron limitar la zona de trabajo autorizada -y que afecta a toda la playa-. Esa forma de operar, asegura el patrón mayor, es la más «racional» y la que ha permitido al sector del marisqueo a pie incrementar de forma considerable sus ingresos. Sin embargo, tres mariscadoras se negaron a acatar la decisión y completaron el cupo fuera del espacio designado. Como consecuencia, cuando llegaron a la lonja se encontraron con que su marisco había sido requisado por la cofradía. Ayer, fueron ya casi una veintena de mujeres las que se negaron a acatar las indicaciones de la dirección de la agrupación. Según ellas mismas explican, tuvieron que llamar a Gardacostas y a la policía para que levantasen acta de que trabajaban en un lugar autorizado por la Xunta, de que pasaban el punto de control y de que dejaban el marisco en la lonja: temían quedarse sin él. No fue así. El patrón mayor, José Luis Villanueva, había consultado por la mañana con la Administración qué era lo que tenía que hacer en esta situación. Y, para su sorpresa y su disgusto, comprobó que con la ley en la mano, las mariscadoras críticas tienen razón. Así que se autorizó la venta del marisco. «A partir de agora haberá que volver a facer as cousas como se facían antes, e iso vai ser malo para o sector», se lamentaba ayer el patrón mayor.