El pósito está inmerso en los trabajos de regeneración de algunos de sus bancos de marisqueo a flote, espoleado por los buenos resultados del año pasado
04 ago 2017 . Actualizado a las 05:00 h.El mar no es el que era. Esa frase se repite hasta la saciedad, desde hace años, en los puertos de la ría de Arousa. Precisamente por eso, porque la ría ya no es aquel pozo sin fondo de marisco y pescado, las cofradías han asumido que, para ser bendecidas con abundantes capturas, tienen también que aportar su granito de arena. En eso andan estos días los mariscadores de a flote de la cofradía de A Illa. Ayer, el pósito trabajó con arados en algunas de sus autorizaciones, en las que hoy procederá a sembrar un millón y medio de almeja babosa de entre 15 y 18 milímetros. En septiembre repetirán la operación. Para entonces, según los planes del pósito, aportarán a la ría medio millón más de unidades de babosa y un millón de japónica.
El patrón mayor del pósito isleño, Juan Rial Millán, explicaba ayer que estos trabajos se pueden realizar gracias a la aportación económica de los mariscadores de a flote, que de esta forma reinvierten en su negocio parte de los beneficios obtenidos. Millán es consciente de que esa inversión no agrada a todo el mundo. Pero no es la primera vez que se hace una operación de este estilo, y ha quedado demostrado que el esfuerzo vale la pena. «O ano pasado xa fixemos sembras coma estas nalgunhas zonas», relata el patrón mayor, que destaca que en algunos de esos bancos han pasado de aportar cien kilos diarios de japónica a la friolera de 1.100 kilogramos. Y en otros puntos, en los que se había sembrado babosa, «puidemos subir os topes de tres quilos a cinco».
Los números, dice el patrón mayor, cantan. Así que este año se ha decidido repetir la experiencia, incidiendo en algunas de las zonas que ya se habían regenerado el año pasado e intentando poner en valor otras que, por una u otra razón, han ido perdiendo capacidad productiva.
Otras acciones
Estas actuaciones se enmarcan en un paquete de medidas más amplio, que el equipo de Juan Rial Millán empezó a aplicar desde su llegada al gobierno del pósito. Empeñados en proteger los recursos que sostienen al sector, la cofradía decidió hace meses que todo el marisco que llegue a la lonja deberá ser cribado para garantizar que da la talla.
Esa medida pretende, por un lado, garantizar que en los fondos marinos quede el marisco que aún no está listo para salir al mercado. Al mismo tiempo, al garantizar la talla y la calidad a los compradores, se ha logrado aumentar la confianza de estos en la rula isleña, en la que los precios parecen haber ido creciendo poco a poco.