Las asociaciones piden lugares de atraque para los barcos tradicionales; la Xunta está con los trámites oportunos
09 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Hubo un tiempo en que en las rías se pescaba a remos y a vela. El poliéster y los motores tomaron el relevo, haciendo el trabajo de los marineros más cómodo y seguro, y las embarcaciones de madera se quedaron varadas en tierra, condenadas a desaparecer. Afortunadamente, hubo quien veló por la conservación de ese patrimonio, por puro amor al mar y a la navegación tradicional, y hoy es posible volver a ver por las Rías Baixas dornas, racús, gamelas, galeones y bucetas.
Solo Culturmar, la antigua Federación Galega pola Cultura Marítimo e Fluvial, agrupa a unas trescientas embarcaciones pertenecientes a 44 asociaciones. Pero hay más, y muy pocas cuentan con instalaciones dignas para atracar.
La federación lleva años solicitando la creación de las llamadas marinas tradicionales, esto es, espacios portuarios específicos para este tipo de embarcaciones que faciliten el atraque y actúen como museos para dar a conocer este patrimonio marítimo así como para fomentar la navegación a vela. La única marina que cumple estos requisitos está en Bouzas (Vigo). En otros puertos siguen esperando por su oportunidad.
Culturmar y Portos de Galicia hace tiempo que empezaron las conversaciones para tratar de llevar adelante varias marinas tradicionales en Galicia. Los trámites van más lentos de lo que desearían en la federación, pero confían en que el compromiso adquirido por la Xunta se materialice más pronto que tarde.
En la ría de Arousa hay cuatro proyectos pendientes: en A Illa, Cambados, O Grove y Ribeira. En la ría de Pontevedra, existe un pequeño pantalán destinado a las embarcaciones tradicionales en Combarro (Poio) mientras que en Portonovo (Sanxenxo) siguen a la espera de que se habilite una marina tradicional. A estos hay que sumar otros proyectos en la zona norte, en Muros y en Sada.
Infraestructura y normativa
La creación de las marinas tradicionales precisa infraestructura -pantalanes y servicios para los barcos- pero también una regulación que ampare a las embarcaciones tradicionales para que sean consideradas patrimonio cultural a efectos de la Administración. La Consellería de Cultura está con los trámites para aprobar este reglamento, lo cual dará amparo legal para poder, por ejemplo, aplicar descuentos en las tarifas de atraque en los puertos de la Xunta.
Desde las asociaciones piden para las dornas, los galeones y demás un trato similar al que reciben, por ejemplo, los coches clásicos, que pagan menos por el seguro y en concepto de impuestos que los coches nuevos.
La voluntad de la Xunta por llevar a buen puerto esta iniciativa parece firme, pero las cosas de palacio van despacio, de modo que este verano se estrenará con las dornas varadas en las playas y fondeadas en las dársenas, compitiendo por el espacio con bateeiros y pesqueros. En el verano del 2018 la estampa debería ser distinta.