Un festival a repetir con un ambiente «de muy buen rollo»

Marina Santaló A ILLA / LA VOZ

A ILLA DE AROUSA

Be Forest, Nacho Vegas, Xoel López, Alex Cooper, Tindersticks, José González y Temples lograron enganchar en el Atlantic Fest

03 jul 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

Shorts, gorros de paja y gafas de sol se convirtieron en los imprescindibles en la jornada grande del Atlantic Fest. Tal y como recuerda Susana D. V., el tiempo está siendo mejor que el del año pasado y, a las 12.15, hora del sonido dream pop, a cargo del grupo italiano Be Forest, el sol calentaba con ganas. Bendita carpa. Veterana en el festival y en compañía de un grupo compuesto por gallegos y asturianos, Susana señala que, aunque le parece un «cartel tranquilo», repite por el buen ambiente. El sueco José González, que salió al escenario a las 22.45 fue, para ella, el plato fuerte de la jornada. No es la única que destaca la importancia del ambiente. «Lo que mola es el buen rollo», indica Carlos Fariña, quien afirma que «A Illa es un lugar espectacular para organizar un festival». Por poner una pega apunta que «sería más cómodo poder cambiar el dinero indistintamente de la consumición que vayas a pedir». La salida más esperada para él fue la de Xoel López. No se hizo de rogar.

«¿Qué os parece estar aquí, a las 16.30? A mí, la hostia», saludó el coruñés antes de comenzar a cantar Almas del Norte. «Ya lo sé, solo es una canción de invierno...», tararea una niña de apenas cinco años. A esas horas, Atlantic Fest recoge un amplio abanico de edades y algunos, como Daniel Rodríguez, se pregunta si «llegaremos vivos» a la noche. Este catoirense, acompañado de sus amigos Roi Castaño y Leti Martínez, hace un ránking con sus actuaciones preferidas: José González, Nacho Vegas y Temples, los ingleses encargados de poner el cierre. Los tres amigos se quedan en el cámping habilitado a pie de la playa Area da Secada y destacan su tranquilidad. Las existencia de cinco espacios diferenciados facilita esto. «Gracias a la lejanía con el escenario se puede dormir», cuenta Leti. Para compensar esta distancia, afirman que los autobuses son imprescindibles y su uso hace que se decanten por volver a comer a la zona de acampada. Desde allí, el pontevedrés Santiago Rosales afirma que «la ubicación es un privilegio, con la playa y un chiringuito justo enfrente».

Para los tiempos muertos, como los 45 minutos entre los conciertos de Nacho Vegas y Xoel López, cobraron mucho peso las actuaciones que se produjeron en los alrededores de la carpa principal. En especial la de los hermano Héctor y Nico Iglesias, que a sus doce años ya llevan tres pinchando temas bajo el nombre de Electric Feels. Mientras los DJ más precoces animaban el ambiente, Xaco Domínguez celebraba su despedida de soltero. Una sorpresa de sus amigos. «Él ya iba a venir al festival y decidimos vestirle de pantera rosa para fastidiárselo», bromea Rubén Arenaz. Habituales en el festival, lo disfrutaron, esta vez, de forma especial.