Vientos de cien kilómetros por hora barrieron O Salnés

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

El temporal deja un reguero de árboles caídos, daños en fachadas y sumideros anegados

10 oct 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La madrugada y las primeras horas de la mañana de ayer serán recordadas en O Salnés por la virulencia con la que el exhuracán Kirk se desató sobre la comarca. Estaciones meteorológicas como las de Corón y A Lanzada registraron vientos con ráfagas superiores a los cien kilómetros por hora en lo peor de un temporal que también superó los sesenta litros por metro cuadrado de lluvia entre el atardecer del martes y el mediodía, cuando su fuerza empezó a remitir.

El viento y la lluvia dejaron tras de sí un verdadero reguero de incidentes en todos y cada uno de los once municipios que configuran el territorio de Arousa, con el instituto de As Bizocas (O Grove) y el colegio de Pontecesures como los puntos en los que su potencia se cebó en mayor medida.

La caída de árboles fue una constante a lo largo de toda la noche. La Vía do Salnés, en el tramo que comunica Cambados y Ribadumia, el instituto de Carril, el parque de Celso Emilio Ferreiro, el pump track o el espacio que media entre los colegios de Arealonga y A Lomba, en Vilagarcía, fueron algunos de los enclaves en los que varios ejemplares se vinieron abajo, al igual que en Catoira o en Pontecesures, afectando en algunas ocasiones a los tendidos eléctricos.

Solo en la capital arousana, el servicio de Emerxencias atendió un centenar de llamadas e intervino en 72 incidencias, mientras la Policía Local atendía 27 avisos en apenas seis horas. La labor de sus homólogos, unida a la de los bomberos y a la de las diferentes brigadas municipales, permitió a los habitantes de la comarca ir capeando el temporal, una expresión que ayer se llenó verdaderamente de significado.

En Cambados, Emerxencias superó la veintena de actuaciones de todo tipo. Desde el atasco de arquetas hasta los desplomes de árboles, pasando por la caída de un muro en Oubiña.

Un drakkar dañado

A las brigadas de Catoira tampoco les faltó trabajo. Inundaciones de pistas y carreteras, canalizaciones desbordadas, filtraciones de agua en instalaciones municipales e incluso el escoramiento de uno de los drakkar que cada mes de agosto intervienen en el desembarco vikingo y probablemente necesite ser reparado. El alcalde, Xan Castaño, hizo un especial hincapié en la necesidad de que los propietarios de fincas con árboles secos o deteriorados los poden o talen.

En O Grove, al margen de lo ocurrido en As Bizocas y de una secuencia de incidentes similares a los del resto de la comarca, las deterioradas farolas de la carretera de San Vicente fueron abatidas en buen número por el viento. Eso sí, tal y como explicó el alcalde, José Cacabelos, el Marisco pudo continuar sin problemas gracias al trabajo de previsión desarrollado el martes.