Una resiembra conjunta desata otra batalla en el pósito cambadés

Rosa Estévez
r. estévez CAMBADOS / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

El patrón mayor convocó una asamblea para aclarar lo ocurrido el pasado viernes, cuando un grupo de rañeiros habría salido de la zona de trabajo pactada; Teresa Bugallo acusa a Vilas de «facer bulla» para evitar la moción de censura

01 jun 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado viernes, los colectivos de marisqueo a pie y a flote de la cofradía de Cambados afrontaron una jornada de trabajo conjunto. Como ya viene siendo tradición en este pósito, los rañeiros se trasladaron a la zona de los lombos de A Toxa, un área rica en cría, donde procedieron a retirar el marisco que allí se encontraba para su traslado, previo paso y revisión en tierra, a otros bancos. La zona de la que se retira ese marisco es terreno asignado a la agrupación de a pie, pero es una zona de tan difícil acceso que hace años se adoptó el acuerdo de que sean los rañeiros quienes realicen la extracción de la almeja. A cambio, reciben un 40 % de la misma. El 60 % restante va para las zonas de marisqueo a pie. Pero lo que debería haber sido una jornada de trabajo como tantas otras, acabó torciéndose. El patrón mayor de Cambados, José Manuel Vilas, comenzó a recibir llamadas de mariscadoras que aseguraban que el sector del raño había invadido zonas que no entraban en el acuerdo, zonas en las que crecían almejas de talla excelente que han sido derivadas a los bancos de a flote. Ante el enfado generalizado de las mariscadoras, dice Vilas, decidió convocar una asamblea de marisqueo a pie, a fin de que quienes dirigen tanto la agrupación de a pie como la de a flote explicasen lo ocurrido. También fueron citados a la reunión el responsable del servicio de vigilancia y el trabajador de ese servicio que estaba de guardia el día de autos.

Teresa Bugallo, la presidenta de la agrupación de a pie, anunció ayer por la mañana que motivos personales de gravedad iban a impedirle acudir a la asamblea. Bugallo no ocultaba su malestar por la decisión del patrón mayor de convocar una asamblea sectorial sin antes haberse puesto en contacto con ella. «Entereime desa convocatoria despois de que se fixera, e xa lle dixen que neste momento eu non podo estar».

A su juicio, Vilas está sacando de quicio «un erro». «Nesta confraría hai pouca comunicación e iso da lugar a malos entendidos», explica. En la resiembra «os homes metéronse para o lado das mulleres», dice, un «erro sen maior importancia que o normal sería falar entre as directivas de a pé e de a flote». Sin embargo, «calquera pequenez se aproveita para intentar xerar crispación e malestar, intentando provocar a miña dimisión e evitar a moción de censura, que sabe que está a piques de saír; calquera cousa lle vale para facer bulla».

En el mismo sentido se manifiesta el presidente de la agrupación de a flote, quien señaló antes del comienzo de la reunión que no había habido ningún conflicto durante la resiembra. A su juicio, la intención del patrón mayor es «meter cizaña para acabar coa paciencia [de las dos mariscadoras dispuestas a apoyar la moción de censura] e a ver se dimiten». Es decir: todo el problema emana, a su entender, de la amenaza de la moción de censura que, según asegura, «está ao caer».

Sin embargo, no todos los relatos son los mismos, y según fuentes del entorno del equipo del patrón mayor sostienen que los rañeiros habrían entrado en zonas de trabajo ajenas al plan de resiembra en virtud de un acuerdo alcanzado entre su directiva y la presidenta de la agrupación de a pie.

De esa manera, explican esas mismas fuentes, se habrían hecho con un marisco de excelente calidad que habría ido a parar a sus bancos de trabajo en virtud del acuerdo alcanzado, según el cual el 40 % de los bivalvos extraídos les corresponde como «pago» por el trabajo realizado en la resiembra.