Matías González afirma que la dirección del PP les felicitó por los resultados obtenidos

Si ya de por sí un resultado que no depare una mayoría absoluta en unas elecciones municipales provoca más de un dolor de cabeza a quienes tienen que negociar los pactos de gobernabilidad posteriores, en el caso de A Illa la complejidad se incrementa exponencialmente porque a esa vicisitud hay que añadir la extraña situación que vive el que fue el candidato más votado el pasado domingo. Matías González Cañón se presentó pese a que en plena campaña el PP le pidió que se retirara tras salir a la luz una condena de hace doce años por maltrato a su pareja. Aseguraron los populares que nunca tomaría posesión como edil de su partido, pero el jeroglífico aumenta su dificultad cuando ayer aseguró González Cañón que desde la dirección provincial les habían felicitado por los resultados obtenidos.

Qué va a suceder a partir de ahora no parece tenerlo claro nadie. El protagonista, que cuenta con el apoyo incondicional de los demás integrantes de la candidatura popular explica que el asunto se abordará en los próximos días. «Falaremos. Cando toque falar, falaremos diso», afirma, sin aparentar tener demasiada prisa en que se solvente su situación. Matías González Cañón no oculta su satisfacción por lo sucedido, pero afirma que los resultados se le han quedado cortos. «Buscabamos a maioría absoluta», subraya, consciente de que por la izquierda comenzarán más rápido que inmediatamente los contactos para llegar a un acuerdo que impida que tome posesión como alcalde.

Y, efectivamente, en eso están PSOE y BNG prácticamente desde la misma noche electoral, cuando el candidato socialista Luis Arosa llamó a su homólogo nacionalista Manuel Suárez para felicitarlo por los resultados y para que no quedaran dudas de que tienen que ponerse a trabajar en un pacto.

El asunto es que a diferencia de en anteriores comicios, en este caso las negociaciones tienen que ser de tú a tú, porque apenas medio centenar de votos separaron a ambas formaciones. Y desde la parte nacionalista, que solía partir en situación de desventaja se lanzan los primeros mensajes. «Temos que sentar e iniciar un proceso de negociación. Nos estamos dispostos a chegar a un acordo, pero eles teñen que estar dispostos, tamén, a introducir cambios na súa forma de actuar», apunta Suárez. Arosa, por su parte, reconoce que «hai que sentarse a falar», y también, y sobre todo, reconocer y asimilar «o toque de atención da xente». Es decir, hay voluntad de pacto, pero será un acuerdo muy distinto a los que se vieron en los últimos mandatos en A Illa.

Y, si no llegara ese acuerdo, Matías González Cañón acabaría como alcalde, al formar parte de la lista más votada. «Como marca a lei», recuerda.

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