Gonzalo Durán, candidato del PP en Vilanova: «Somos una familia muy política»

Gonzalo Durán llegó de casualidad a la política, pero parece que llegó para quedarse. Acumula mayoría absoluta tras mayoría absoluta en una Vilanova en la que votarán 8.591 personas.

—Lo de dedicarse media vida a algo, en su caso es verdad...

—Llevo 32 años como concejal y 28 de alcalde, pero hasta el 2010 compaginé mi trabajo de médico con la alcaldía.

—¿Cómo se metió en política?

—Llevaba año y medio en Vilanova después de militar en la agrupación de Ribeira. Buscaban un candidato para aquí, en Ribeira les hablaron de mí, y vivieron Rajoy y Portomeñe a convencerme, pero fue una reunión muy rara.

—¿Cómo que rara?

—Faltaban solo seis meses para las elecciones. Les dije que buscaran a alguien más adecuado, pero me dijeron que querían darle un cambio al partido en Vilanova, que teníamos tres concejales, y que aunque quedáramos en dos no pasaba nada. Sacamos cinco y en las siguientes ya gané las elecciones.

—¿Qué fue lo primero que hizo cuando fue elegido?

—Enterarme de cómo estaba todo, que estaba mal. No había ni para comprar un saco de cemento. «Si es para ti, te fío, si es para el ayuntamiento, no», me dijo el dueño de una empresa. Nos tuvieron que fiar el primer saco de cemento que compró el Ayuntamiento. Ahora llevamos todo al día.

—¿Se había planteado alguna vez entrar en este mundo?

—En mi casa siempre se habló de política, y nos decían «no contéis en la calle nada de lo que se habla en casa». Mi abuelo fue alcalde, pero mi padre no era de la misma cuerda. Somos una familia muy política. Mi madre, con noventa años, sigue hablando mucho de política.

—Tiene un crucifijo enorme en el despacho. Entiendo que es creyente, pero ¿es practicante?

—Poco. Soy un mal cristiano. No soy de ir a misa, soy de los que solo se acuerdan de Santa Bárbara cuanto truena.

—¿Tiene algún personaje de los que aparecen en la Biblia como favorito?

—¿Algún personaje?.

—Sí. Yo había pensado en Judas, por ejemplo...

—Sí. Judas y Caín son personajes de la Biblia, sí, pero ahí no voy a entrar.

—Lo esperaba, pero había que tirar el anzuelo por si acaso. Cambiamos de tercio, ¿tiene pensado qué hacer cuando se jubile?

—La muerte de mi mujer cambió los planes. Lo cierto es que a este paso no me veo jubilado. Aunque regresara a mi antiguo trabajo y volviera a pasar consulta, para entonces igual los médicos tendrán que trabajar hasta los 70 años o más al ritmo que llevamos. Pero no, no tengo planes después de lo que pasó. La verdad es que me encanta estar entretenido con la alcaldía.

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