Un funcionario municipal reclama en el juzgado que el Concello de Vilagarcía lo restituya en su plaza como electricista
AROUSA

Manuel Durán ingresó en la plantilla del Concello de Vilagarcía en 1999
05 may 2023 . Actualizado a las 05:00 h.Manuel Durán ingresó en la plantilla del Concello de Vilagarcía en 1999. Seis años después, ganó en propiedad una plaza de oficial electricista. En la reorganización que Ravella llevó a cabo en el 2013, su servicio fue asignado al auditorio municipal, hasta que en el 2017 fue destinado a la casa de cultura de la calle Alcalde Rey Daviña. Pero no para ejercer su profesión, sino para que realizase las tareas correspondientes a un conserje. Ahora, cuatro años más tarde, y tras remitir varias comunicaciones a la alcaldía y a la concejalía de Persoal solicitando ser restituido en su puesto, el funcionario ha decidido recurrir al Juzgado de lo Contencioso Administrativo para conseguirlo.
«Lo único que quiero es hacer el trabajo por el que se me paga, en el que me he formado —Durán es técnico especialista en electricidad y electrónica, en el área de telecomunicaciones— y que desempeñé también en la empresa privada antes de acceder al Ayuntamiento», subraya el trabajador municipal. Argumenta, entre otras cuestiones, que desde el 2021 no tiene encomendada labor alguna relacionada ni con su profesión ni con su categoría de oficial electricista. Es más, en uno de los requerimientos que remitió al Concello, explica que su cometido actual se basa «sencillamente en la atención a los usuarios en la portería de la biblioteca municipal» y lamenta que su única herramienta de trabajo sea «un bolígrafo».
Durán señala que la última notificación cursada de forma oficial sobre algún cambio relacionado con sus servicios data de marzo del 2013, cuando el popular Tomás Fole ocupaba la alcaldía. Entonces se le comunicó que se sumaría al personal asignado al auditorio, en su misma condición de oficial electricista. Asegura que su siguiente destino, ya en la casa de cultura, cuatro años más tarde, se resolvió a través de una instrucción verbal, sin que estuviese respaldada por un escrito oficial.
En resumidas cuentas, el trabajador se siente objeto «de un trato discriminatorio que vulnera sus derechos como funcionario», y apela a la naturaleza jurídica de su relación con el servicio y la norma legal que establece que los empleados públicos «tienen derecho al desempeño efectivo de sus funciones o tareas propias de su condición profesional». Por todo ello, reclama que le vuelvan a ser encomendadas las tareas propias de su plaza de oficial electricista.
De forma paralela, Durán discrepa abiertamente de la organización de su tiempo de trabajo. Así, explica que, en una modificación de los turnos en la casa de cultura, ejecutada en el 2021, se entiende que el servicio de los operarios que controlan la entrada del edificio es necesario de forma permanente, por lo que deben trabajar los sábados por la mañana, sin que se les compense con un día libre, como sí sucede con el personal de la biblioteca: «Es legal, pero discriminatorio», apunta. El Concello, de momento, asegura no haber recibido ninguna demanda en este sentido.