La camelia, más que un placer para la vista

Bea Costa
bea costa REDACCIÓN / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

El aceite de su semilla tiene muchas aplicaciones en cosmética, pero el campo es más amplio. El té elaborado con sus hojas llega cada vez a más mesas y con la flor se prepara, también, pan y chocolate

16 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

No es que Chanel haya descubierto la pólvora, pero si una primerísima marca como esta se fija en la camelia, ahora en la roja, hay mucho camino andado a la hora de dar a conocer al gran público que esta flor tiene muchas aplicaciones en cosmética. En Galicia hace años que se está explorando esta vía con fines comerciales y cada vez son más los productos elaborados con la flor de las Rías Baixas, la gran mayoría relacionados con la belleza, aunque no exclusivamente.

La camelia también se come, de hecho en China llevan siglos cocinando con su aceite y bebiendo el té elaborado con sus hojas. En España ni se plantea la posibilidad de reemplazar al aceite de oliva por el de té verde, porque no hay costumbre ni habría producción suficiente para ello, pero sí es cada vez más fácil tomarlo a la taza.

De eso saben mucho en Quinteiro da Cruz (Ribadumia), donde llevan años produciendo té y experimentando con elaborados como pan o helado a partir de este ingrediente. Las camelias buscan sitio en la mesa y quizás lo haga también pronto en el armario una vez que se ha comprobado que tiene propiedades como protector solar en textiles, si bien esta aplicación no ha llegado todavía a la industria, según explica Beatriz Piñeiro.

De los jardines de Quinteiro da Cruz sale una producción de té de treinta kilos al año; puede parecer poco, pero no es nada fácil de conseguir teniendo en cuenta que se recurre a los brotes tiernos de la planta y para ello hacen falta veinte cosechas por temporada. Cuanto más tempranos, más selectos, y así se consigue una gama de tes que van desde los 20 a los 5 euros el paquete. Del ello se hablará en unas jornadas que se van a celebrar en esta bodega el 22 de abril, donde han convertido sus seis mil árboles en su principal recurso económico junto con el albariño. La sinergia entre el vino y las camelias funciona y se extiende cada vez por más fincas de la Ruta da Camelia de las Rías Baixas. Otro claro exponente es Pazo de Rubianes, en Vilagarcía, donde cuentan con más de cinco mil variedades y han convertido el aceite puro de camelia en la estrella de su tienda.

Como la gran mayoría de los cultivadores, no disponen de prensa propia para extraer el oro que se obtiene de las semillas. Deben recurrir a la Estación Fitopatolóxica de Areeiro (Pontevedra) que ofrece este servicio a empresas y particulares previo pago de una tasa. Allí se procesaron 350 kilos de semillas en 2022, cien más que el año anterior, pero lejos de los 1.200 que pasan por la fábrica de Acemelia situada en Vigo.

Esta empresa se ha convertido en el principal exponente del sector en Galicia, sus productos están en tiendas y centros de estética de España y cruzan fronteras gracias a la venta online. Por lo que siguen esperando es por el sello Galicia Calidade que reivindican para este ingrediente natural elaborado de forma artesanal y con propiedades beneficiosas para la salud, argumentan desde la firma.

Aceite de camelia se elabora también por otros cauces menos industrializados, como hace José María Mouta en Cambados para preparar bálsamos labiales. Es de los pocos cultivadores que tienen prensa propia en casa y de ella se sirven pequeños comercializadores como Vicente Vázquez, un biólogo que elabora y distribuye su propia línea de cosmética marina en la que la flor de las Rías Baixas también tiene cabida.

Es aún un sector modesto en Galicia aunque con gran proyección de crecimiento, según coinciden en señalar los expertos en la materia. Entre ellos, la presidenta de la Sociedad Española de la Camelia, Carmen Salinero, que apuesta por las posibilidades de esta planta, más allá de su valor como recurso turístico. La camelia hermosea los jardines, pero sirve, además, para cuidar el cuerpo, para saborearla como un chocolate y para controlar plagas en la agricultura. Y se sigue investigando.