El Cortegada, de pelear plaza en la fase al borde de un buen lío en cosa de dos meses

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Desde enero ha perdido 7 de sus 8 partidos lastrado por la falta de cintura del club

07 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

17 de diciembre del 2022. Los aficionados del Mariscos Antón Cortegada abandonan el pabellón municipal de Fontecarmoa con una sonrisa de oreja a oreja. Por tercera vez desde el triste adiós a la Liga Femenina más de una década atrás pensar en jugar la fase de ascenso no parece un simple sueño. Tras derrotar a uno de los teóricos equipos fuertes de la competición, el Unicaja Mijas, 50-35, el equipo que dirige Javi Nogueira se prepara para comer el turrón encaramado al tercer puesto de la clasificación con un balance de 7 victorias y 5 derrotas, a tiro de 1 triunfo del Tirso Incentro y a 2 del entonces líder, Miralvalle a falta únicamente de una jornada para la conclusión de la primera vuelta, programada al regreso de las Navidades.

5 de marzo del 2023. Dos meses y medio después, el Mariscos Antón Cortegada ocupa la novena plaza de la tabla. Tras el cambio de año, su balance no puede resultar más pobre. Un solo partido ganado, 55-50 ante el Bosonit, y otros siete perdidos. A falta de cinco encuentros para completar la Liga, jugar la fase de ascenso no alcanza ya ni para un mal guion de ciencia-ficción. Y lo que es peor, la visita este sábado a Fontecarmoa del Sevilla, antepenúltimo clasificado, se torna en cita capital. Con solo dos victorias menos que su próximo anfitrión, el cuadro andaluz pelea con el Maristas por deshacer su empate evitando acompañar en el descenso a un virtualmente deshauciado Aridane.

Cierto es, el calendario infernal que le resta por delante al Maristas Coruña permite hasta pensar que el Cortegada incluso podría salvar la categoría sin ganar un solo partido más. Con la permanencia pues en el bolsillo salvo hecatombe a dos o tres bandas, la cuestión de fondo es qué ha pasado para pasar de un esperanzador extremo al contrario.

Los hechos han constatado la falta de cintura de la directiva del club a la hora de resolver el gran problema con el que el equipo arrancó el nuevo año. La experiencia de hace no tanto con Amy Syll y la obtención de un nuevo visado en un consulado español en África en plena temporada debería haber llevado a la conclusión de que, como así fue, tocaría esperar semanas por el regreso de nada menos que la MVP de la Liga, Mercy Wanyama. Siendo que la lesión de Andrea Ríos apuntó desde el principio a la gravedad que al poco constataba la correspondiente prueba médica, estirar hasta el 24 de febrero el fichaje de un relevo, con Ángela Coello como única pívot nata disponible, resultó letal. Letal para las opciones de mantener viva la ilusión tanto tiempo perdida entre la afición del Cortegada de ir más allá de la mera supervivencia en una LF2 depauperada tras la creación de la LF Challenge. Y con el agravante de sobrecargar una plantilla corta, con las lesiones de sus dos bases, Sara Gómez y Sara Corredoira, como consecuencia y, también, explicación de las derrotas del pasado fin de semana en la segunda doble jornada en once días.