Los siniestros laborales leves repuntan tras el parón productivo del primer año de la pandemia

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Los accidentes con baja asociados al trabajo crecieron en el 2021 un 4,2 % en la comarca, rebasando los mil casos. La buena noticia, la caída de los episodios graves y mortales. Desde el mundo sindical se advierte de que los datos no reflejan la realidad, porque «moitos accidentes non se fan constar nin como incidentes polas empresas»

02 feb 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

El número de accidentes laborales con baja en los once municipios del sur de la ría de Arousa y el interior de O Salnés descendía en el 2020 con fuerza, hasta los 976, casi un centenar menos que los 1.074 registrados el año anterior. La paralización, en algunos sectores productivos prácticamente total durante los tres meses de duración del confinamiento domiciliario levantado frente al covid-19, se hizo notar en uno de los principales medidores de la calidad de cualquier mercado de trabajo. El Instituto Galego de Estatística (IGE) publicó hace siete días el último registro oficial al respecto, correspondiente al 2021, y los números ofrecen una de cal y otra de arena.

Así, fueron 1.017 los accidentes laborales con baja computados en la comarca, en su inmensa mayoría, 999, de carácter leve. Son 41 más que los 976 totales del 2020. Un repunte interanual del 4,2 %, tras el que parece encontrarse la progresiva recuperación de la actividad económica durante el segundo año de la pandemia, con la vuelta a sus puestos de trabajo de un buen número de asalariados que pasaron por los ERTE y de parte de la contratación asociada a los picos de una economía tan estacional como la arousana.

La buena noticia es que la reactivación productiva vino acompañada de un descenso en los casos de accidentes laborales con baja de carácter grave y de los que desembocaron en la muerte del trabajador. En el primero de los grupos hablamos de 17 casos, por los 23 registrados en el 2020. En el de siniestros laborales con fallecidos, de 1, tres menos que en el primer año de la pandemia (4).

En la comparativa entre los datos del 2020 y 2021, solo en dos de los municipios de la zona descendió el número de sucesos en los que un empleado tuvo que coger la baja a raíz del desempeño de su actividad productiva. Vilagarcía de Arousa, con 303 en el 2020 y 266 en el 2021, y Ribadumia, con 56 y 55, respectivamente. En Catoira se computaron 27 accidentes laborales con baja en el segundo año de la pandemia (en el 2020 habían sido 23), en Pontecesures 29 (20); en Valga 100 (93); en A Illa de Arousa 52 (51); en Cambados 166 (157); en O Grove 128 (107); en Meaño 62 (46); en Meis 43 (41) y en Vilanova de Arousa 89 (79).

«Moitos accidentes non se fan constar nin como incidentes polas empresas, e en moitos casos a mutua deriva o traballador á Seguridade Social»

«Son datos trucados». Xan Bouzas, Tupi, se refiere de esta manera a los registros oficiales sobre siniestralidad laboral publicados por el Instituto Galego de Estatística. El secretario comarcal de CIG Salnés no pone en duda ni la profesionalidad del IGE ni su metodología. Su categórica afirmación apunta a la fuente de la que mana el número de accidentes en el trabajo. Y es que, sostiene el sindicalista, son muchos los sucesos de este tipo en la comarca que se escapan del radar de las autoridades laborales y sanitarias por el afán de algunos contratadores y mutuas por eludir o adelgazar su historial de partes de bajas a causa del desempeño productivo.

«Moitos accidentes non se fan constar nin como incidentes por parte das empresas. Desde sempre, e cada vez máis», esgrime Tupi, que expone dos modus operandi mayoritarios entre las firmas que operan así.

Por un lado, apunta: «Hai empresas que para non computar o accidente, chegan a un acordo co traballador e págalle igual o cento por cento do salario os 3-4 días que debe estar de baixa, e no cómputo oficial non consta como un accidente». Pero también, añade, se da esta otra situación: «Hai moitos casos nos que a mutua da empresa deriva os traballadores á Seguridade Social sabendo que o problema médico ten a súa orixe nun accidente laboral. Mesmo hai empresas, nin moitas nin poucas, pero hainas, que lle denegan ao traballador o parte para ir á mutua para que vaia á Seguridade Social e o atendan como se se tratara dunha enfermidade común». Esta última casuística perjudica a muchos de los asalariados accidentados, por cuanto, explica Xan Bouzas, la mayoría de los convenios colectivos incluyen complementos para cubrir el 100 % del salario, que en caso de bajas por enfermedades comunes se ve rebajado por tramos hasta el día 100 del proceso de recuperación.

Es por ello que en este último tipo de casos desde la CIG acompañan a sus afiliados en sus peticiones de cambio de contingencia, para que sea la mutua de su empresa la que se haga cargo de sus bajas. Y aquí, cuenta Tupi: «Na maioría dos casos a resposta da mutua é non, vaite ao xulgado e se gañas, págoche» lo que le corresponda abonar por la cobertura de una baja por accidente laboral.