Unas obras en los años 50 dañaron el sepulcro del siglo XV en el que se busca la huella genética de Colón

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ / /

AROUSA

ADRIÁN BAÚLDE

Alguien removió entonces los restos de Xohán Mariño de Soutomaior a través de una pared lateral de la iglesia de Sobrán

09 dic 2022 . Actualizado a las 20:13 h.

Suceda lo que suceda con los análisis de los restos extraídos del sepulcro de Xohán Mariño de Soutomaior, a efectos de identificar el ADN de Cristóbal Colón, el proyecto de la Universidad de Granada ha arrojado luz sobre la joya románica que la comarca de O Salnés atesora en la iglesia de Sobrán. Algo que, por sí mismo, será más que satisfactorio, siempre que la atención que el público ha prestado a la exhumación del sarcófago del siglo XV se traduzca en una protección y una puesta en valor acordes a la importancia histórica y patrimonial que encierra el templo.

Lo cierto es que, pese a su buen estado de conservación, el trato que se le ha dispensado a la edificación no es, precisamente, exquisito. Tal y como señalan historiadores y arqueólogos, en lo fundamental la iglesia de Sobrán permanece prácticamente como se construyó, hace ochocientos años, sobre la base de un antiguo monasterio sobre el que apenas existe documentación. En un momento muy posterior, a la nave central le fue adosada una capilla lateral, cuya construcción emerge como la interferencia arquitectónica más dura que el templo ha padecido a lo largo de su prolongada historia.

Al hilo de la apertura del sepulcro de quien fue primo de Pedro Álvarez de Soutomaior, el poderoso Pedro Madruga, el historiador Sindo Mosteiro explicó, hace algunas semanas, que el estado en el que se hallaron sus restos, removidos y amontonados los huesos hacia la cabecera del sarcófago, tiene una explicación: una serie de obras que se desarrollaron en los años 50 del siglo pasado, precisamente con la capilla lateral como protagonista. La cubierta de la tumba, cuyo peso ronda las dos toneladas, permanecía sellada. Pero la pared en la que se apoya resultó dañada y alguien debió acceder entonces a su interior, a través de ella, de forma que pudo mover y manipular su contenido.

Todo esto no tiene por qué afectar a la calidad de los restos que la antropóloga Inmaculada Alemán extrajo para ser analizados en Granada en busca de una muestra de ADN que poder comparar con la que se conserva de Colón y de dos de sus familiares más cercanos. Pero sí da cuenta del descuido que durante demasiado tiempo ha pesado sobre un valor patrimonial de primer orden. Su declaración como bien de interés cultural (BIC) puede ser la mejor forma de corregirlo.

Martina Miser

La segunda tumba pertenece a un sobrino y heredero del fundador de Vilaxoán

A estas alturas, el hilo que podría unir la figura de Cristóbal Colón con Xohán Mariño de Soutomaior debe ser bien conocido. Enunciada por el investigador Alfonso Philippot, una de las teorías que sitúa el nacimiento del descubridor en Galicia sostiene que el poderoso noble Pedro Madruga fingió su muerte en 1486 para adoptar la identidad del navegante que, seis años después, arribaría al Nuevo Mundo. Mariño, miembro de una rama de los Soutomaior, era primo suyo en segundo grado. Si del análisis de los restos extraídos en Sobrán se concluye una coincidencia genética significativa con los de Colón, suficiente para concluir que era pariente de los Soutomaior, la vía gallega se vería refrendada.

La tumba de Xohán Mariño, fundador del puerto y la villa de Vilaxoán, no es, con todo, la única que contiene la iglesia de Sobrán. Frente a ella, en el lateral derecho del templo, se ubica otro sepulcro de granito. En él ya no es legible la leyenda que sí conserva e identifica el enterramiento principal. Sindo Mosteiro considera muy probable que se trate de Sueiro Gomes de Soutomaior, un sobrino nieto que el señor —clérigo y, como tal, privado de descendencia directa, al menos legítima— convirtió en su heredero cuando falleció, en 1496.

Mariño de Soutomaior era hermano de Sueiro Gómez de Soutomaior, mariscal de Castilla, gran señor de O Salnés durante el siglo XV y azote del movimiento irmandiño. Este hombre tuvo un hijo fuera del matrimonio, lo que se denomina un hijo bravo, Fernán Eáns, quien a su vez engendró dos hijos, Diego y Sueiro Gomes, al que su tío abuelo legó el señorío de Sobrán. El templo arousano, como se ve, rezuma historia.