Dave McKean: «Todas las historias de superhéroes son historias para niños, sin base suficiente»

Pablo Penedo Vázquez
pablo penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El ilustrador de Arkham Asylum, invitado del Curtas Festival do Imaxinario de Vilagarcía, no se identifica con el trabajo más popular de su dilatada carrera de artista multifacético

28 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Dave McKean (Reino Unido, 1963), uno de los grandes ilustradores de novelas gráficas del planeta, se encuentra en Vilagarcía de Arousa en calidad de invitado del Curtas Festival do Imaxinario, en el que mañana charlará con aficionados tras participar hoy en una firma de autógrafos. Artista multifacético, director de cine, músico, fotógrafo y autor de trabajos de ilustración para The Rolling Stones o campañas publicitarias para los primeros lanzamientos de la PlayStation, McKean se muestra como un creador socialmente comprometido.

—No son muchos los ilustradores que cuenten en su currículo con dos cómics de culto: «Arkham Asylum» (1989), punto de inflexión en la historia de Batman y, en calidad de portadista de todos sus números, «The Sandman» (1989-1996), escrita por Neil Gaiman.

—Esos dos trabajos no son míos. Yo lo único que hice son las ilustraciones. Son historias comerciales de superhéroes que ilustré. Son otros libros que he hecho los que definen mi trabajo y a mí.

—En todo caso, si usted no hubiese ilustrado Arkham Asylum posiblemente no tuviese la misma fuerza y no sería lo que es, ¿no?

—Espero que sea así. Pero para mí no significa más allá de lo que fue, un trabajo. Intenté representar la historia de una forma original, distinta e imaginativa. Quería que la gente que cogiese el cómic se encontrase algo inusual y distinto a lo que se estaba haciendo. Para mí simplemente es un cómic de Batman. Y aunque me pasé un año haciéndolo, dando lo mejor de mí, yo cerré ahí la puerta a los superhéroes. Para mí, por ejemplo, obras como Celuloide (novela gráfica erótica) me definen más como ilustrador, tienen más de mí. El sexo la mayoría de las veces es mucho más interesante que la violencia (carcajada). Estoy muy, muy orgulloso de los dos últimos cómics que he hecho, Black Dog: Los sueños de Paul Nash y Raptor. Son trabajos totalmente míos. Últimamente he descubierto que hacer todo el trabajo yo, escribirlo y dibujarlo, resulta empoderador, porque tengo todo el poder de decir y expresar lo que quiero sin intervenciones externas. 

—Grant Morrison y usted sentaron en el sillón del psicoanalista a uno de los iconos del mundo del cómic. Lo hicieron, además, de un modo descarnado, al borde de la locura que tan bien ilustra su lápiz. ¿Eran conscientes del impacto que iba a generar su historia en el subgénero de superhéroes?

—Para mí, todas estas historias de superhéroes son historias para niños. Por mucho que a algunas personas les haya podido influenciar, sorprender o interesar y que se trate de un psicoanálisis, que quiera meterse en la mente de una persona y llegar a la matriz del ser humano, para mí (Arkham Asylum) sigue siendo eso, una historia para niños. Cuanto más te tomes en serio una historia de superhéroes, más se te va a escurrir entre los dedos, porque realmente no tienen la base suficiente.

—The Sandman no es un cómic de superhéroes, sino de un personaje que personifica el sueño y sus seis hermanos, que encarnan a otras tantas pulsiones del ser humano: Destino, muerte, destrucción, deseo, desesperación y delirio. ¿Habría añadido algún otro hermano a la lista? ¿Cuáles son los motores del espíritu humano que le atraen y mueven su obra?

—Yo no era el escritor de The Sandman, hace 35 años ayudé a crear el personaje y solo ilustré las portadas. A mí lo que me interesa es lo tangible, lo que puedo tocar, lo que estoy viendo y me preocupa. En este punto, cuando vas a crear una historia, tienes dos opciones, crear una historia que sirva de evasión de lo que está pasando alrededor. O escoger un tema que haga a la gente pensar, meditar, y que le haga hacerse preguntas y generar un debate. Puedes escurrir el bulto o comprometerte, mojarte. Nunca voy a cambiar el mundo con un libro, pero si puedo ir poniendo granito, a granito, a granito de arena para que el mundo avance en una dirección positiva, pues eso es lo que pretendo.

«Acabo de finalizar una película y me encantaría presentarla en el Curtas»

El británico McKean no descarta volver al Curtas, en la pantalla.

—Fotógrafo, escritor, músico, director de cine además de uno de los grandes ilustradores de novela gráfica del mundo. Su perfil encaja en esa etiqueta clásica de artista renacentista o ilustrado. ¿Se siente cómodo con ella?

—Sí. Me gusta, me siento cómodo con la definición. A mí no me importa el medio. A mí lo que me interesa es crear un debate, una conversación en cualquiera de las formas en las que soy capaz de plasmar las cosas, de expresarme.

—¿Pero cuál de las disciplinas en las que trabaja lo realiza más?

—Lo mejor es coger un lápiz y un papel y dibujar, es lo más puro que hay. Además, con lo que más disfruto es con tocar el piano con otra persona, sin partitura, dejándose fluir. Cuando estás creando algo en directo con otra persona es muy adictivo, esa forma de arte atada al momento.

—Lleva aquí tres días. ¿Qué le está pareciendo el Curtas?

—Me está encantando. El festival está resultando una experiencia muy placentera, conocer a toda su gente. Además, me gusta pasear, el clima, me encanta avistar pájaros, y la comida es increíble.

—Ya ha hecho películas y cortos. ¿Se ve presentando en el futuro algún trabajo en Vilagarcía?

—¡Me encantaría! Acabo de finalizar una película, está en fase de edición y una vez que esté lista, estaría encantado de poder participar con ella en el festival. Es sobre un niño-lobo en un bosque. Tiene mucho que ver sobre la naturaleza animal que está en cada uno de nosotros.