La artesanía con acento meco se queda sin espacio en la Festa do Marisco

leticia castro O GROVE / LA VOZ

AROUSA

MARUXA ALFONSO

La gestión de las carpas ha vaciado de contenido cultural el recinto

04 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Al recinto de la Festa do Marisco le falta este año parte de su esencia. La ausencia de la carpa de artesanía, donde habitualmente se vendían la tradicionales joyas de conchas, no está ni estará, algo que no ha pasado desapercibido a los visitantes más fieles de la cita gastronómica. La carpa de artesanía fue gestionada en los últimos años por la colareira, Montse Betanzos, cuyo trabajo está respaldado por la carta de artesana y por sus éxitos en mercados, tiendas de las grandes capitales europeas y pasarelas.

Betanzos siempre quiso que su trabajo estuviese presente en la fiesta. De alguna manera, era una forma de poner un granito de arena para diversificar la oferta que O Grove brinda a sus visitantes. Pero este año, la colareira ha renunciado a ocupar esa carpa. «Non estou de acordo coa maneira de proceder, non pode ser que o Concello saque as bases quince días antes do evento», comenta. El procedimiento fue tarde, y las bases para explotar las carpas se han vuelto inasumibles. «Esta é outra cuestión que lanzo tamén aos nosos dirixentes: non pode ser que tras dous anos de pandemia decidan subir a 3.000 euros o canon da concesión, é inasumible, porque hai que sumar 3.500 euros máis do aluguer da carpa, que si ou si, ten que ser través da empresa que xestiona as outras infraestruturas», señala la colareira, que recibe en su taller las visitas de quienes quieren conocer su trabajo. A su juicio, sería más adecuado sacar concesiones a dos o tres años, lo que daría cierta estabilidad. En este sentido, recuerda que la puja para la carpa de artesanía partió en 2019 de 2.000 euros, por lo que no se entiende este aumento del 50 %. Betanzos no oculta su disgusto, porque no estar en el recinto de la fiesta significa «vaciar de contido» la celebración. En concreto, dejarla huérfana de unos collares que «son patrimonio da nosa vila». Su ausencia no es la única que se nota: falta todo ese talento meco, que afloraba en forma de artesanía y «merchandising». No hay dónde comprar una camiseta o un pañuelo con el logo de la fiesta.