Detienen en la frontera con Polonia a un narcopatrón arousano que pretendía hacerse con un velero en Ucrania

Serxio González / Javier Romero VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Policia Nacional

La policía relaciona a Pablo V. con Carlos Silla, el número 1 de la nueva generación de narcotraficantes gallegos, y cree que su relación sentimental con una mujer de Europa del Este le pudo facilitar el acceso al país eslavo

30 ago 2022 . Actualizado a las 13:08 h.

Seis meses después del inicio de la invasión rusa no existen muchos negocios que inviten a internarse en Ucrania. El narcotráfico bien puede ser uno de ellos. Un experto navegante oriundo de Vilagarcía, Pablo V., al que se le atribuye el transporte de 3.228 kilogramos de cocaína entre Venezuela y Europa a finales del 2020, acaba de ser detenido en Polonia cuando estaba a punto de cruzar la frontera ucraniana. La operación, desarrollada por el Cuerpo Nacional de Policía, la Policía de Suecia, la OFAST francesa y la policía de Holanda bajo la coordinación de la Europol, concluye que el objetivo del narcopatrón gallego era hacerse con un velero para el desarrollo de una nueva operación, además de confirmar las relaciones entre la Mocro Maffia (término con el que se denomina a las redes criminales de origen marroquí implantadas en los Países Bajos), el poderoso capo colombiano para el que había trabajado el patrón arousano, y la organización que comandaba Jonas Sture Falk, conocido como el Pablo Escobar sueco, que fue apresado en junio por la Unidad de Droga y Crimen Organizado del Cuerpo Nacional de Policía mientras tomaba algo en un chiringuito en Ibiza. Fuentes policiales apuntan que su relación sentimental con una mujer del Este europeo le habría facilitado a Pablo. V. el acceso al país eslavo.

Las fuerzas de seguridad vinculan al hombre que acaba de caer en la frontera ucraniana con otro vilagarciano, Carlos Silla Otero, el número 1 de la nueva generación de narcotraficantes gallegos. Silla fue detenido en octubre del año pasado a bordo de un velero con el que cruzaba el Atlántico junto a otros dos tripulantes. La embarcación iba cargada hasta los topes: 5,2 toneladas que establecen un récord absoluto en el transporte de cocaína en veleros. Un equipo de asalto de la Armada portuguesa, acompañado por agentes de la Policía Judiciària lusa, se encargaron de abortar aquel voluminoso alijo tras un chivatazo del Centro de Análisis y Operaciones Marítimas (MAOC) en materia de narcotráfico.

La secuencia de hechos que condujo a la detención de este segundo patrón gallego se inició hace años, cuando la investigación sobre una potente organización colombiana permitió desvelar la estructura que este grupo había establecido entre España, Francia y Colombia para la introducción de cantidades masivas de cocaína en Europa. Los agentes comprobaron que la red sudamericana había trasvasado 3.228 kilogramos de cocaína a un velero en aguas próximas a Venezuela. El encargado de cruzar el Atlántico al timón era, presuntamente, el hombre de Carlos Silla. Aunque en enero del 2021 la policía se incautó de una parte de la mercancía en tierra —1.623 kilogramos que se ocultaban en un garaje en Huelva— y arrestó a las dos personas que custodiaban el material, Pablo V. consiguió escapar. Desde entonces, sobre él pendía una orden europea de detención. Que tanto él como en su momento Silla consiguiesen permanecer huidos durante meses, y por lo visto seguir trabajando, dice mucho del músculo que ambos habrían ganado en los círculos internacionales de su negocio. No es algo que esté al alcance de cualquiera.

Navegación a vela y poderosos contactos

Más allá de su origen común en Vilagarcía y de su capacidad para desaparecer del mapa durante meses, los paralelismos existentes entre el hombre que acaba de ser detenido y Carlos Silla consolidan la idea de que dentro de la nueva generación de narcotraficantes de la ría, la tercera ya, funciona un perfil ambicioso y muy particular. Son gente que destaca por su habilidad en la navegación a vela, una vía de introducción de sustancias psicotrópicas que está ganando enteros en los puertos de la península, tanto en el Atlántico como en el siempre bullicioso Mediterráneo.

Pero también por sus excelentes contactos internacionales. Ninguna organización pondría alijos superiores a las tres toneladas de cocaína en manos de alguien cuya fiabilidad no estuviese más que contrastada. La operación desarrollada en la frontera ucraniana añade a la conexión colombiana los tentáculos de las mafias suecas y holandesas.

Una generación experta en la navegación a vela con poderosos contactos

Más allá de su origen común en Vilagarcía y de su capacidad para desaparecer del mapa durante meses, los paralelismos existentes entre el hombre que acaba de ser detenido y Carlos Silla consolidan la idea de que dentro de la nueva generación de narcotraficantes de la ría, la tercera ya, funciona un perfil ambicioso y muy particular. Son gente que destaca por su habilidad en la navegación a vela, una vía de introducción de sustancias psicotrópicas que está ganando enteros en los puertos de la península, tanto en el Atlántico como en el siempre bullicioso Mediterráneo.

Pero también por sus excelentes contactos internacionales. Ninguna organización pondría alijos superiores a las tres toneladas de cocaína en manos de alguien cuya fiabilidad no estuviese más que contrastada. La operación desarrollada en la frontera ucraniana añade a la conexión colombiana los tentáculos de las mafias suecas y holandesas.