Ángel Sánchez: «Nunca sabes que puedes estar arriba hasta que lo estás»

AROUSA

JOAO FONSECA

Decimotercero en la Volta a Portugal, el arousano descubrió que se puede codear con los mejores

18 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El lunes Ángel Sánchez Rebollido (Cambados, 12/4/1993) volvía de Lisboa como uno de los protagonistas de la 83ª. Volta a Portugal. Al contrario que João Matías, su compañero en el Tavfer-Mortágua-Ovos Matinados y ganador por partida doble en sendas llegadas al esprint, el arousano no había pisado lo alto del podio de ninguna de las diez etapas y el prólogo de la Grandíssima. Sin embargo, con el vilagarciano Gustavo César Veloso estrenándose en funciones de director deportivo al frente de su escuadra, Ángel había firmado el probablemente mayor salto de calidad registrado entre los corredores en acción en las tres últimas ediciones de la ronda lusa, finalizando decimotercero en la general individual tras figurar décimo la mitad de la carrera. En su debut en la Volta, en el 2020, había concluido en el puesto 66 y en el 62 al año siguiente.

«Los dos años anteriores no tenía como objetivo un puesto en la general, sino trabajar para mis compañeros e intentar ganar alguna etapa». Este año el punto de partida era el mismo, cuenta Sánchez. De hecho, por primera vez en sus tres temporadas en el Mortágua, el equipo no aspiraba siquiera a intentar meter un hombre entre los diez mejores de la clasificación, centrando su mira en hacer palmarés con la potencia de Matías al esprint y el duro trabajo de un año para convertir a todo un equipo en la lanzadera perfecta para su velocista en las llegadas en pelotón. Así las cosas, Ángel confiesa: «No contaba con este resultado, la verdad».

El cambadés comenta que se sentía bien. Prueba de ello fue su victoria en la última carrera previa a la Volta a Portugal, el Grande Prémio de Mortágua, una clásica a tres días del prólogo de la Grandíssima, en el que fue su primer triunfo prrofesional desde el 2018.

«Llevaba encontrándome bien bastante tiempo, pero con un poco de ansia tras cuatro añitos sin una victoria», apunta el corredor del Mortágua. Llegaba bien a la gran cita del ciclismo portugués, pero con las dudas de saber que «la Volta es diferente. Van los mejores». Hasta que Veloso le dio alas: «Gustavo me dejó abierto en la primera etapa de montaña, la tercera, con final en Torre, a que probara, a ver qué tal me encontraba, y me fue bien». En la siguiente etapa en alto, la quinta, tras el puerto de primera de Miranda do Corvo se colocó décimo en la general, puesto que solo acabó cediendo el penúltimo día, en la novena etapa, con final en la mítica Señora da Graça. Esa jornada alguno de sus rivales por detrás estuvo simplemente algo más fino, dice. Y es que si hay otro factor que eleva el valor del rendimiento de Sánchez en esta última Grandíssima es que no protagonizó ninguna pájara, lo que lo colocó a mitad de la ronda en un papel de jefe de filas que nunca había probado.

«Nunca había vivido esa experiencia. Una vez que estaba ahí adelante sabía que podía reventar, tener un día malo y perder mucho tiempo. Pero saber que estaba ahí, que ya no me lo quitaba nadie», le quitó presión, señala Ángel. Eso, y la motivación extra que, indica, le daba tener a Gustavo como director deportivo. Su mentor, el hombre que, cuenta: «Me conoce mejor que nadie, siempre buscando explotar mis características lo mejor posible». El profesional que este año ha optimizado su peso y potenciado su trabajo en altura, doblando sus días de trabajo y espaciando sus concentraciones a cientos de metros sobre el mar.

Y así, un corredor que en marzo había tenido que parar y reiniciar la marcha por el covid ha descubierto al fin esta verdad: «Nunca sabes que puedes estar ahí arriba hasta que lo estás». Y ahora Ángel Sánchez lo tiene claro: «Veo que puedo estar disputando un Top 10, e incluso más». Con 29 años, le queda tiempo de comprobarlo.