El Túnel do Viño permite degustar 152 referencias de rías baixas

A. rial / s. g. CAMBADOS / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

La propuesta de catas guiadas funcionará hasta el sábado en el Salón José Peña

05 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El Túnel Profesional do Viño vuelve a Cambados con el impulso de la Festa do Albariño en el Salón Jose Peña. Una actividad que ha organizado el Consello Regulador Rías Baixas para prolongarse durante tres días, desde ayer hasta el sábado. Esta cata de diferentes vinos tiene un precio de quince euros para el público, que incluye la copa oficial del Albariño.

En cuanto al horario, hoy se desarrollará entre las 11 y las 15 horas, y ya por la tarde desde las cinco y media hasta las nueve y media. El sábado, el túnel solo abrirá por la mañana, ofreciéndole al público una última oportunidad para catar los mejores vinos Rías Baixas. La gente que quiera acudir, podrá acercarse al Salón Peña, comprar su entrada e incluso reservarla ya para el sábado. En esta edición del túnel hay 152 referencias de vinos afrutados, pero con una menor graduación alcohólica. Una tipología que al presidente del consello Rías Baixas, Juan Gil, le «recuerdan a aquellos vinos de entonces». La propuesta cuenta con 14 mesas y vinos ordenados de manera alfabética; de la mesa uno a la ocho están los vinos de la añada del 2021; en la mesa nueve, permanecen los espumosos con doce referencias; en la mesa diez, se encuentran los tintos Rías Baixas con 11 referencias; y desde la mesa once a la catorce, están las añadas anteriores a la del 2021 (las más antiguas son del 2013).

En esta edición, el vino quizás más solicitado es espumoso. El sumiller prescriptor del túnel, Sebastián González, tiene la respuesta: «Porque es un vino que nos permite maridar el plato de nuestra gastronomía gallega en cualquiera de las estaciones del año». Por otra parte, el especialista Víctor Angulo, sentencia que «sí, que se está notando el incremento de gente interesada en este evento».

Para el catador Moisés López, el Túnel do Viño es una forma de escapar de la «masificación» de las casetas de vino y poder degustar los rías baixas de una manera mucho más tranquila. En el caso de Ruth García, su experiencia ha sido tan buena que repetirá otro día, para conocer los vinos que ayer no pudo probar.