El hombre que arrasó Urgencias en O Salnés provocó daños por un importe de 2.500 euros

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

CEDIDA

El sujeto se empecinó con el guardia de seguridad, al que persiguió navaja en mano

24 jul 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

El miércoles por la noche, la tensión que suele acompañar a un servicio como las emergencias médicas se disparó en el Hospital do Salnés hasta un nivel nunca visto en sus veinte años de existencia. Un paciente que, aunque parecía más mayor, ronda la treintena, la emprendió con las ventanillas de admisión, en el área de Urgencias, donde finalmente logró introducirse, destrozando todo cuando encontraba a su paso. El Servizo Galego de Saúde acaba de evaluar los daños provocados por este furibundo sujeto. Repararlos le costará al erario público 2.500 euros.

No está muy claro todavía el motivo por el que este hombre, un vecino de Santa Mariña habitual del complejo sanitario de Ande que había acudido a Urgencias junto a su madre, montó en cólera. Que subiese al hospital a las cuatro de la mañana se debió, por lo visto, a una ingesta masiva de pastillas por su parte. El caso es que, cuando el equipo médico de guardia quiso darle el alta, él se negó a abandonar las instalaciones, aferró un soporte de suero y desenfundó la navaja que portaba en un bolsillo.

De inmediato, su ira se concentró sobre el único vigilante de seguridad que entonces prestaba sus servicios en el hospital. El turno comprendía, además de al guardia y al personal sanitario, a una persona de limpieza y a un celador, que hicieron fuerza en las puertas de acceso al área de Urgencias en sí, relegando al individuo al vestíbulo. Fue entonces cuando, armado con el soporte metálico, arrasó las ventanillas de admisión hasta reventar una de ellas, por la que se introdujo. Amenazando de muerte al vigilante, recorrió pasillos y despachos, llevándose por delante al menos un monitor de ordenador.

La policía, advertida de lo que ocurría, trató de dialogar con el iracundo sujeto, que no cejó en su empeño hasta que su propia madre consiguió arrebatarle el soporte que blandía. Sedado y maniatado, pasó la noche en Urgencias, vigilado por cuatro agentes que la dirección solicitó a la Subdelegación del Gobierno. Mejorar los tiempos de reacción y afinar un protocolo claro de actuación en estos casos es ahora el objetivo de la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía en Vilagarcía de Arousa.