Los chavales encargados de desvelar la identidad y el reparto del cartel de la fase final lo hicieron entre paneles con algunos de los hoy grandes jugadores del fútbol profesional que en su día disputaron el Arousa Fútbol 7, caso de Ansu Fati, Ferran Torres, Bernardo Silva, Dani Carvajal o Sergio Canales. Lo hicieron después de ver desfilar a representantes de las Administraciones públicas y la Real Federación Galega de Fútbol. Todos ellos, para ensalzar el valor del torneo. Así lo hicieron José Manuel Fernández, en nombre de la RFGF —«A Federación apláudelle aos organizadores deste torneo, que lle dan unha relevancia ao fútbol galego a nivel internacional»—, Olga Ballesteros, diputada provincial de Cohesión Social —«O AF7 leva a provincia por todo o mundo»— y Daniel Benavides, delegado provincial de Deportes de la Xunta —«Este torneo é único. Ten detrás o traballo previo e o cariño dun docente (Manolo Diz, su presidente) e se espalla por todo o mundo»—.
Recuerdo para el trato recibido del gobierno local de Vilagarcía
También el alcalde de Ribadumia, David Castro, empleó su turno para ensalzar el torneo: «Durante 25 anos o AF7 fixo historia. A Manolo Diz témoslle que agradecer moito que pensara en Ribadumia. Para o municipio é moi importante a nivel de movemento social e económico». Las palabras del regidor completaron un turno de intervenciones que había abierto el propio presidente del AF7, Manolo Diz. quien, tras tres años de parálisis por la pandemia, refrescó el conflicto entre su organización y el actual gobierno local de Vilagarcía que acabó con la mudanza del campeonato a Ribadumia en el 2019 tras 23 años en la capital arousana. Tras un lapsus en su turno de agradecimientos a las Administraciones públicas por su apoyo al AF7, corrigiendo un «sobre todo á corporación de Vilagarcía» por la de Ribadumia, Diz declaró: «Fomos desafiuzados de alí —Vilagarcía— e fomos recibidos aquí cunha harmonía e cun trato excelentes que non coñeciamos. [...] Hai xente do Concello —de Ribadumia— que se dedica a outras funcións e que nos bota unha man ata as dez da noite, cousa que nunca viramos».