Tres historias de amor por la cocina y un nuevo concepto gastronómico

Rosa Estévez
rosa estévez CAMBADOS / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Rocío Garrido, Fran Jamardo y Coque Fariña abren en Cambados Indo e Vindo Espazo Gastronómico, un local para dar formación, organizar cenas y disfrutar de brunchs y vermús

12 may 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Fran Jamardo, Coque Fariña y Rocío Garrido son las tres patas de Indo e Vindo, un proyecto que desde hace un tiempo rueda por toda Galicia impartiendo cursos de cocina y gastronomía. El viaje, en realidad, comenzó antes, cuando la pandemia nos encerró en casa y, a través de las redes, este grupo de chefs comenzó a lanzarse retos y a explicar cosas a quienes aman la cocina. Cuando por fin pudimos salir a la calle, aquella aventura digital se convirtió en showcookings y en talleres. «Fue una evolución natural», dice Coque Fariña. Ahora, esa aventura conjunta da un nuevo salto: nace Indo e Vindo Espazo Gastronómico, un «nuevo concepto» que abrirá sus puertas en Cambados el próximo martes, día 17 de mayo. En un local diseñado «para que la gente se sienta cómoda y a gusto», Fran, Coque y Rocío desarrollarán una nueva forma de relacionarse con la gastronomía: los martes organizarán talleres y actividades formativas; los viernes celebrarán cenas temáticas y los fines de semana serán para brunchs, desayunos, vermús... Están abiertos, en realidad, a hacer todo tipo de acciones que permitan al público disfrutar cocinando y comiendo. «Un grupo de amigos que quiere celebrar una fiesta, aquí tiene cabida. Un grupo de gente que vaya a mariscar, o que vaya a la plaza a comprar su pescado y luego lo quiera cocinar, aquí tiene dónde hacerlo. De lo que se trata es, justamente, de ofrecer experiencias», explica Rocío Garrido.

Es decir, Indo e Vindo está pensado para quien quiera descubrir cosas nuevas, probar sabores, experimentar. Así lo explican sus tres responsables, tres personas cuya vocación por los fogones fue «tardía»: Coque trabajó en un estudio de tatuajes durante muchos años; Fran, que estudió delineación, tiene un puesto en el Concello de Valga; y Rocío, que lleva años haciendo formaciones de cocina, llegó a los fogones cuando la crisis la expulsó del ámbito del comercio internacional.

Puede que descubriesen su pasión por la cocina tarde, pero desde que se dejaron atrapar por ella, no han parado. Se han formado y han trabajado duro para llegar hasta este momento. «Igual no pensábamos hacer algo tan grande, pero este local nos encontró, nos salió al paso, y no nos quedó otra que probar», señala Fran, quien reconoce que «estamos un poco pirados» por lanzarse a semejante aventura. Bendita locura la suya, que alumbra en la comarca una fórmula nueva, un espacio distinto, un soplo de aire fresco.