La perspectiva menos conocida de A Toxa y otras vistas de lujo

Rosa Estévez
rosa estévez MEAÑO / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Entre Cambados y Sanxenxo discurre una ruta que permite conocer la red de viejas fábricas de tejas y ladrillos existente

14 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Si hacemos caso a las previsiones del tiempo facilitadas por Meteogalicia, hoy podemos desempolvar, ya sin miedo, los planes para disfrutar del privilegiado entorno que nos ofrece Arousa y O Salnés. Con la llegada del buen tiempo, nada como subirse a un calzado cómodo y ponerse a andar. Sobran las rutas y los caminos por los que perderse.

Para hoy les proponemos uno de esos recorridos que, pese a estar a la vista de todos y esconder maravillosos paisajes, no gozan de la proyección de otras rutas, que en determinados momentos rozan la masificación. Les hablamos de la Ruta das Telleiras, un paseo largo —siempre se puede fraccionar y adecuar a nuestras capacidades y ganas— en el que disfrutaremos, como tantas otras veces en esta bendita comarca, de la belleza de la naturaleza al mismo tiempo que descubrimos nuestro patrimonio. La ruta arranca en Quintáns (Cambados) y aprovecha en parte los senderos de otros dos recorridos, el de los alavancos y el de los mazaricos, diseñados en ambos casos para disfrutar con la observación de las aves limícolas que abundan en la ensenada Umia-O Grove, a cuyo lado caminamos.

En nuestro recorrido, que se prolonga hasta Sanxenxo, podemos gozar con excelentes vistas sobre la ría y sobre la isla de A Toxa, al tiempo que tenemos la oportunidad de conocer una vieja industria de la comarca, la de la fabricación de tejas. Entre los siglos XIX y XX se crearon en este tramo de la costa un buen número de negocios especializados en la fabricación de tejas y ladrillos a partir de la excelente arcilla local. Aquellas rudimentarias factorías han dejado huella, las «telleiras». En Meaño, antes de llegar al área recreativa de Os Pasales, está la de Seixiños, que conserva un horno original. En Sanxenxo, en Vilalonga, se reconstruyó hace unos años una de esas viejas instalaciones, pero ese centro de interpretación sigue cerrado a cal y canto a las visitas tanto de vecinos como de visitantes.

Si seguimos avanzando hasta A Lanzada, nos encontraremos con otro resto de la actividad fabril: las lagunas de Cachadas o de Rouxique, que se formaron por la extracción de arcilla y de caolín para las viejas factorías.