Se trata de material de curas, tubos, yesos, filtros, sondas, guantes y descartes quirúrgicos, independientemente de que en las bolsas se combinen con material que no proceda de labores sanitarias, como papeles, cartones, pedazos de vidrio o restos de comida. Salvo que entre ellos se encuentren medicamentos, no eran considerados peligrosos antes de la pandemia. Pero su transporte y tratamiento exigían ya «un xestor autorizado ou entrega a xestor municipal segundo as ordenanzas municipais». Un caso, el segundo, que obviamente no se da en Vilagarcía.