Ni rastro ya de la cruz falangista que estaba en la fachada de la iglesia de Vilagarcía

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Los trabajos de restauración han eliminado cualquier atisbo de su presencia

05 mar 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Ha sido mucho más complicado de lo que la restauradora esperaba, pero, por fin, ha sido. En la fachada de la iglesia de Santa Baia no queda ya ni rastro de la cruz falangista que durante tantos años la presidió, como tampoco quedan ya las laudas a los caídos del régimen franquista. A partir de ahora, será el paso del tiempo el que se encargue de eliminar cualquier atisbo de la presencia del monumento que también homenajeaba a José Antonio Primo de Rivera.

La tarea ha sido sumamente complicada, entre otras cosas, porque la cruz fue elaborada en su día con una piedra de tonalidad distinta, por lo que se hizo preciso recuperar el muro original. A partir de ahí, tocó una labor minuciosa de colocación de piedras muy similares e incluso con la utilización de arenisca.

La retirada del monumento comenzó el pasado 21 de enero y se llevó a cabo en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica. El inicio de estos trabajos ponía fina a años de trámites y de solicitudes de permisos, pues fue preciso obtener la autorización tanto de Patrimonio de la Xunta como de la propia Iglesia para poder llevar a cabo las obras, pero hubo también que superar obstáculos, como la reclamación presentada por la fundación ultracatólica Abogados Cristianos, que recurrió a la justicia para pedir medidas cautelares que paralizaran las obras mientras no se dirimía si estas se ajustaban a derecho. La jueza no atendió a sus razones y desestimó la demanda, recordando a la fundación que no la asociación que no tenía legitimidad para presentar esta reclamación porque «la recurrente no es titular del derecho a la libertad de expresión», rezaba la sentencia.

El trabajo del cantero

Y, al margen de los obstáculos que presentó en los juzgados la fundación de marras, el equipo que dirigió la restauradora Iria López tuvo que sortear también el excepcional trabajo que realizó en su momento el cantero al que se le encargó la realización del monumento, con las piezas rotundamente instaladas tanto en la fachada de la iglesia, como en el suelo del atrio. La inversión activada por el equipo del socialista Alberto Varela ascendió a 10.610 euros, de los que la mitad, correspondiente al primer tramo de las obras, fue aportada por la Diputación de Pontevedra.