La guerra compromete directamente 80.000 toneladas de tráfico portuario en Vilagarcía

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

Aceite de girasol y cereales son las principales mercancías que se importan desde Ucrania, una verdadera despensa para Europa

28 abr 2022 . Actualizado a las 21:04 h.

Un espeso manto de incertidumbre se cierne sobre la economía mundial al hilo de la ofensiva que Rusia ha desatado sobre Ucrania. Como las ondas que una piedra genera al caer sobre el agua, los efectos de la invasión avanzarán por los mercados y los circuitos comerciales hasta dejarse sentir prácticamente en cualquier rincón del planeta. Su importancia tal vez haya pasado desapercibida hasta ahora para el gran público, pero Ucrania constituye una enorme despensa. Lidera las reservas de mineral de uranio en Europa, ocupa el segundo lugar del mundo en cuanto a hierro y manganeso, además de poseer titanio y mercurio. Las magnitudes se disparan si se atiende a su dimensión agraria. Es el primer país europeo por extensión de superficie cultivable, y líder mundial en exportaciones de girasol y aceite de girasol, el segundo productor de cebada, el tercero de maíz, el cuarto de patatas, el quinto de centeno y el octavo de trigo. Todo ello, al margen de su potencia industrial y el papel clave de su sistema de gasoductos.

A cuatro mil kilómetros de distancia, sería poco menos que un milagro que las consecuencias del conflicto no se hiciesen notar en los tráficos de mercancías que mantiene la Autoridad Portuaria de Vilagarcía de Arousa. Tanto por lo que respecta a Ucrania como por lo que, aunque en menor medida, tiene que ver con Rusia y las sanciones y vetos que establecerá la Unión Europea.

El año pasado, el primero en el que los muelles arousanos alcanzaron la barrera del millón y medio de toneladas en un mismo ejercicio, el Puerto recibió alrededor de ochenta mil toneladas de productos importados desde Ucrania. Algo más de un 5 % del volumen total de mercancías. Se trataba, fundamentalmente, de aceite de girasol para el consumo humano, y de cereales.

Por supuesto, ningún año es igual a otro por lo que al movimiento portuario se refiere. En el 2020, por ejemplo, los tráficos que ahora se ven comprometidos por la guerra tuvieron un papel más relevante para Vilagarcía. Las importaciones desde Ucrania representaron entonces 99.046 toneladas, a las que habría que sumar las 17.529 —básicamente cereales— que tuvieron como origen Rusia. En resumidas cuentas, 116.575 toneladas, casi un 10 % del volumen total que registró el puerto. Prácticamente el doble, en términos relativos.

Sobre todo, incertidumbre

Aunque el tráfico de aceite de girasol es bastante más dependiente de Ucrania que los cereales, ni todo el aceite que mueve Vilagarcía procede del país invadido ni tampoco lo hacen el conjunto de los cereales. Pero a nadie se le escapa que, en caso de que el cierre de esta importante fuente de provisiones se mantenga en el tiempo, la oferta disminuirá, la demanda saturará a los exportadores alternativos y los precios tenderán a dispararse. No es extraño, por lo tanto, que los operadores portuarios asistan con inquietud e incertidumbre a los primeros compases del conflicto armado en el Este de Europa.

El análisis anterior se centra en los tráficos directamente amenazados. Pero las inercias que una guerra como esta desencadenará provocarán, también, carambolas secundarias en absoluto positivas. Un ejemplo puede encontrarse en el deficitario mercado mundial del aluminio. Rusia es el segundo exportador de aluminio primario después de China. El Puerto de Vilagarcía no trabaja con él, pero sí lo hace con aluminio secundario —156.000 toneladas en el 2020— desde otros países. Obviamente, sin el uno tampoco habrá el otro. Mal negocio.