En la gestora respiran ya más tranquilos, pero ansiosos por dar carpetazo a un asunto que tantos quebraderos de cabeza les causó. Cuando sus hijos, alumnos del instituto, les pidieron ayuda para vender lotería con el fin de recaudar fondos para una excursión cabía soñar e imaginarse que tocara; lo que no previeron es que, en ese caso, iban a surgir tantos problemas para disfrutar del premio. Ninguna entidad bancaria se brindó a hacer de intermediario a la hora de pagar los cuatro mil euros por participación, de modo que tuvieron que ser ellos, los padres, quienes hiciesen de banco y encargarse de esta gestión mediante la constitución de una gestora.
Su caso fue noticia y colectivos de varios puntos de España les llamaron para preguntarles cómo había que proceder para cobrar un premio de la lotería cuando este llega en forma de participación. Los décimos son mucho más fáciles de canjear, ya sea para cobrar el Gordo, ya sea para cobrar un reintegro.