«Os médicos non crían que ía chegar aquí. E vou tirando»

m.hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

AROUSA

02 feb 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Antonio Montero, vecino de A Estrada y ligado a la Asociación Contra el Cáncer de Pontevedra, tira de retranca cuando le toca hablar del cáncer que sufre. «A lotería non me tocaba, pero iso vaia se me tocou», indica. Fue hace dos años cuando, tras un tiempo con dolor de estómago, le diagnosticaron un cáncer de páncreas. Señala que nunca le ocultaron nada y que desde el minuto cero fue consciente de que su tumor no tenía un pronóstico bueno. Había cumplido los sesenta años y había visto a su mujer sufrir un cáncer de mama, así que cuando le dieron la noticia no se permitió hundirse: «Sei o que teño, pero tomeino ben dende o primeiro día», señala con vehemencia.

Antonio, que estuvo en tratamiento y ahora está descansando del mismo, es un ejemplo de cómo adaptarse a las circunstancias. Dice que, sin poder trabajar ni llevar la vida que llevaba, buscó refugio en su huerta. «Entretéñome poñendo catro leitugas ou cortando unhas herbas, e así van pasando os días». Recientemente tuvo un achaque y le hospitalizaron, pero cree que por lo general tiene una calidad de vida «bastante boa tendo en conta o diagnóstico. ¡Imos tirando!», enfatiza con su ironía.

Siempre pendiente de pruebas, no es hombre de hacer conjeturas. Y menos negativas: «O malo xa vén solo, non hai que pensar nel». Solo se permite un lamento cuando cuenta una de las cosas que más le dolió de los últimos tiempos: «O meu médico de cabeceira, que era tamén amigo meu e que foi o que me viu o que tiña, tamén enfermou. Falamos de que iamos no mesmo barco... e el xa faleceu. Foi un golpe bastante duro», señala. Sin más concesiones a sentirse triste, a renglón seguido añade: «Os médicos non crían que chegaría ata aquí. E vou tirando. Xa pasaron dous anos... e aí sigo, día a día».