Vilagarcía padece la rapiña de los saqueadores urbanos

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Letras y placas solares del alumbrado de Navidad, olivos recién plantados; no parece haber botín pequeño para su voracidad

30 nov 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Si por algo se caracterizan las gaviotas que se han malacostumbrado a convivir con el bípedo implume en calles y plazas es por su sed de rapiña insaciable. La padecen los hosteleros, que deben ahuyentar a los pajarracos a riesgo de que hagan tierra en cualquier mesa de terraza para abalanzarse sobre un pedazo de bizcocho o un trozo de tortilla olvidado, y destrozarlo todo a golpe de ala. También los patos del río de O Con, cuyos polluelos son presa fácil para su voracidad. Tan pronto degluten un bocadillo como una lata de refresco. Todo parece servir como combustible que centrifugar en sus estómagos blindados, lo que las equipara a una especie muy particular de habitante humano que prolifera en Vilagarcía, aunque tampoco de forma exclusiva: aquellos para quienes la instalación de cualquier objeto en el espacio público constituye una invitación para llevárselo a casa.

No hay botín pequeño para esta suerte de saqueadores urbanos. El sábado, al caer el sol, un buen número de ciudadanos se reunieron en la plaza de Galicia para participar del encendido del alumbrado navideño. Una de sus piezas más llamativas es el mensaje instalado en la plaza de la Segunda República, al pie del auditorio municipal. Bajo un arco luminoso, diez letras, también iluminadas, componen la palabra Nadalízate, un neologismo que invita a dejarse imbuir del espíritu fraternal que se le supone a las fiestas. En realidad, el tiempo verbal que debería conjugarse en su caso es el pretérito imperfecto de indicativo. Aquellas letras «componían» una palabra, puesto que tres de ellas desaparecieron apenas unas horas después de su estreno. Ni una sola noche duraron en su sitio, dejando atrás una extraña expresión, «Ada Izat», que parece extraída de un diccionario de frases enloquecidas en euskera.

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Aunque menos vistosa, no le fue mucho mejor a la decoración navideña que viste el paseo de A Coca. En varios pequeños acebos, el Concello de Vilagarcía instaló luces de alimentación solar, que disponen de una pequeña placa y un acumulador. Las unas sin los otros no sirven para nada. Es decir, ni las luces separadas de su fuente de energía pueden encenderse, ni el pequeño sistema fotovoltaico tiene mucho sentido aislado de su propósito. Son, además, piezas muy baratas. Ni por esas. Al menos tres también han sido rapiñadas.

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La palma de este particular fenómeno se la llevan, no obstante, los dos olivos que se han esfumado de los márgenes amarillos que rodean la ciclovía de Rodrigo de Mendoza en su llegada a la avenida Doutor Tourón. Por lo visto, alguien trató de llevárselos con macetones incluidos, hasta que comprobó que aquello pesaba demasiado y optó por arrancarlos y transportar su botín a bordo de un patín eléctrico, como si tal cosa. Allá quedan otros cuatro árboles. De momento.