Educación refuerza el colegio de Carril con otra cuidadora para necesidades especiales

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

En el centro cursan estudios seis niños que necesitan un seguimiento constante

26 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos semanas atrás, las familias de seis alumnos del colegio Rosalía de Castro, en Carril (Vilagarcía de Arousa), se movilizaban para buscar soluciones ante lo que consideraban una clara deficiencia en la dotación de personal del centro. Son seis los pequeños que presentan discapacidad reconocida en diferentes grados, lo que representa un número muy superior al que cursaba estudios en él el año pasado. Pese a ello, el curso se inició con una sola cuidadora en plantilla, la mismo que prestó sus servicios durante la temporada anterior. Ayer, la Consellería de Cultura, Educación e Universidade corrigió esta situación, dotando a las instalaciones carrilexas de una segunda plaza para poder atender a este grupo de escolares.

En un principio, el departamento autonómico se brindó a evaluar si el colegio de Carril precisaba el refuerzo solicitado, aunque argumentaba que la dotación de personal era la adecuada, con un especialista en Pedagoxía Terapéutica y otro en Audición e Linguaxe a tiempo completo, además de la presencia de la cuidadora. No obstante, el departamento de educación ha considerado necesario recurrir a otro profesional para cubrir adecuadamente esta función. Algo ante lo que las familias involucradas mostraron ayer su satisfacción y había sido requerido en sede parlamentaria por el BNG.

En horario de comedor

Al margen de su contratación, una de las cuestiones fundamentales que los familiares de los pequeños ponían sobre la mesa se refería al comedor escolar. Dos de los pequeños que precisan una atención especial acuden a diario a este servicio. La cuidadora debía acompañarlos, por lo que los otros cuatro alumnos quedaban a cargo de sus profesores, con todos los problemas que esta situación puede llevar aparejada. El horario de la segunda cuidadora es de carácter completo, esto es, trabajará en el centro carrilexo desde el momento en el que se inician las clases hasta el que pone final a la jornada, una vez que los chavales han comido.

A lo largo de estas primeras semanas del curso, en Carril no han faltado situaciones comprometidas. Uno de los escolares padece, por ejemplo, un riesgo grave de lesión medular y requiere de una vigilancia constante para evitar cualquier movimiento brusco. Obviamente, ese seguimiento es prácticamente imposible de llevar a cabo cuando la misma cuidadora debe hacerse cargo de otros cinco pequeños.

Tres en el primer curso

En el aula de cuarto curso de Infantil, el nivel en el que los niños de dos y tres años se incorporan al sistema escolar, estudian este año 19 niños. Tres de ellos presentan discapacidades que exigen esa atención especial. Por fin, otro de los alumnos es insulinodependiente, por lo que debe estar controlado. La segunda cuidadora se incorporó ayer al colegio Rosalía de Castro, con lo que sus pequeños alumnos pueden beneficiarse ya de su atención. Se trata, argumentan las familias de los seis escolares, de garantizar el derecho fundamental de los niños a una educación inclusiva, equitativa y de calidad, tal y como se lo habían trasladado por escrito a la Valedora do Pobo, María Dolores Fernández Galiño y al propio presidente de la Xunta.