A Illa contra los fallos de Matrix

r.e. A ILLA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

El Concello limita a residentes el paso por una calle tras comprobar como numerosos turistas, guiados por sus GPS, acababan atrapados en la red de callejuelas de O Naval

20 oct 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El casco urbano de A Illa es una maraña de callejuelas estrechas, trazadas por una realidad que estuvo libre de coches durante mucho tiempo. Llegó el puente, y los vehículos hicieron acto de presencia. Luego, llegó el bum turístico de la localidad, y el número de automóviles siguió creciendo. Y con él, el de conductores que no conocen la localidad y que -lo de preguntar a quien camina por la calle ya no se lleva- se dejan guiar por los GPS hasta verse envueltos, en ocasiones, en auténticos problemas. Bien lo saben los vecinos del entorno de O Naval, que cada poco tiempo se encuentran con un monumental atasco a sus puertas, provocado por algún vehículo que avanzó por donde no debía hasta quedar atrapado en la maraña de calles. Para intentar solucionar el problema, al menos en las vías más conflictivas, el Concello de A Illa ha procedido a convertir la calle Alcalde Manuel Graña en una vía de uso exclusivo para residentes.

La entrada de la calle ya ha sido convenientemente marcada «cun sinal vermello que ben se ve», explica el concejal Luis Arosa. Detalla, también, quienes son las personas que podrán saltarse esa señal: «Neste caso, considéranse residentes as persoas que vivan na zona baixa de Niño de Agra, na propia rúa Alcalde Manuel de Graña, na Costa do Montiño e na rúa Palmeira». «Non hai ninguén máis que teña que pasar por aí», señala el concejal, quien señala que el Concello lleva tiempo probando distintas fórmulas para evitar los problemas de tráfico en esa zona. «Tomamos varias medidas, mesmo puxemos unha limitación de lonxitude para os vehículos, para evitar que polo menos entraran os máis grandes, pero nin por esas. Ata se teñen metido trailers por esas rúas», indica el edil. Camiones, y autocaravanas y, en general, muchos conductores despistados que se encuentran atrapados en un recorrido para volantes ágiles y expertos.

Buena parte del problema, señala el concejal Luis Arosa, viene de Google. Aunque parece que todo el mundo está en Internet, en ocasiones la traducción de la realidad a los complejos algoritmos informáticos recoge errores que luego terminan con un coche encajonado en una vía estrecha y un fenomenal lío de tráfico.

Luis Arosa indicó que ya ha informado a Google del cambio realizado en esta vía, pero no confía demasiado en que los mapas virtuales se vayan a actualizar a la velocidad debida. Y no confía, básicamente, porque ya ha enviado varias comunicaciones para pedir que corrijan itinerarios y recorridos sin haber logrado, de momento, que sus peticiones sean atendidas. Porque los problemas no se reducen a las estrechas callejuelas del centro: los mismos indicadores que envían a los turistas y visitantes por ellas, los envían también «por pistas forestais polo medio do monte».

A la espera de que A Illa virtual recoja los cambios de la real, el Concello sigue planificando actuaciones destinadas a intentar minimizar las confusiones y los problemas de tráfico que se generan. Dentro de ese plan, está previsto acometer la señalización, mediante marcas horizontales, de la «casa rotonda» que, muy cerca de la calle ahora cerrada al tráfico general, sufre su condición de glorieta con pétrea resignación.