Jornadas maratonianas hasta las 3 de la madrugada de la dirección del instituto de Carril para poder abrir el curso

Pablo Penedo Vázquez
Pablo Penedo VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICIA IRAGO

El centro no recibió hasta el viernes de la semana pasada luz verde para matricular a los alumnos de Catoira

14 sep 2021 . Actualizado a las 14:21 h.

La andanada de recortes aplicada este curso en Secundaria por la Consellería de Educación ofrece escenarios tan elocuentes como el relatado desde el I.E.S. Miguel Ángel González de Carril. Ver a los cuatro integrantes de su equipo directivo sacrificar todo un fin de semana y resignarse a encadenar hoy su cuarta jornada de trabajo maratoniana, superando con creces las doce horas al pie del cañón para hacer posible la apertura del curso del centro mañana, debería llevar a quien competa a una profunda revisión de la política educativa de la Xunta.

«Un caos». Así describe Eva Mouriño, la secretaria del Miguel Á. González, la situación que viven desde el pasado miércoles. Un caos «porque a Xunta agarda ata o final para tentar aforrar en profesores» y ayer aún estaban «matriculando alumnos» después de «estar saíndo do instituto ás 3 da madrugada o sábado e domingo» el equipo directivo tras entrar a trabajar a las 10 de la mañana, cuenta.

La directora del centro, Rosa Gómez, explica lo sucedido: «En maio pechou o proceso de admisión do curso 2021/22 e uns 40 alumnos -procedentes del colegio de Catoira, que tiene el Miguel Á. González por instituto de referencia- quedaron en lista de espera polas restricións covid». Y aunque en julio la Xunta informó de que rebajaba de 1,50 a 1,20 metros la distancia entre alumnos, ampliando así en 35 plazas la capacidad de las aulas de Carril, no fue hasta la semana pasada que en el instituto recibieron luz verde a absorber la lista: «O día 8 pedíronnos o número de profesores que precisabamos. Dábannos 42 e non podiamos organizar o centro con menos de 44. Pelexámolo e recuperamos os 2 profesores e o día 10 notifícannos que chamaramos a xente da lista». Un trabajo que, con ayuda de la única administrativa del centro, les ha dejado «dous días para cadrar toda a organización do instituto para o curso, que nos leva normalmente unha semana como mínimo».