Escépticos y población extranjera son mayoría en el día de vacunación libre
12 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.La cola en el recinto ferial de Pontevedra y Fexdega, en Vilagarcía, fue animándose a medida que avanzaba la mañana. Y es que el primer día de vacunación libre para mayores de 12 años abría las puertas a los escépticos, a los que están fuera del sistema, extranjeros y otros muchos que el día de la cita no pudieron asistir por distintos motivos. «No quería vacunarme, pero después de ver tanta gente que se muere, acabas viniendo». Leo Calderón reconoce que el bombardeo de información acabó por hacerla cambiar de opinión en cuanto a la vacunación, pero no respecto a su postura negacionista sobre el covid. Eso sí, asegura que la necesidad de tener el certificado para muchas actividades cotidianas, como viajar, es determinante a la hora de acudir a la primera dosis.
Desde primera hora, fueron llegando a cuentagotas a un recinto ferial preparado para la incertidumbre de no saber a cuánta gente podrían atender. Solo los que llegaban con autocita estaban inscritos, el resto pasaban a otra fila en la que se le pedía la documentación para comprobar sus datos. Había que llevar el dni. «No pensábamos que viniese tanta gente, estamos viendo mucho ciudadano extranjero y algún que otro escéptico que acaba cediendo», explica una de las profesionales del Sergas que estaba de guardia ayer en Pontevedra.
A medida que avanzaba el día, la cola iba cogiendo más dimensión y la sanitaria que recibía a los pacientes a la puerta del recinto ferial avisaba de que por la tarde también habría vacunación. «Tenéis por delante media hora de espera», advertía. No ofrecen cifras de cuántas vacunas se inocularon a lo largo del día, pero sí que Pontevedra disponía de 2.700 huecos de autocitas para mayores de 12 años, de los que solo se habían cubierto 364. En Fexdega había 70 autocitas de las 717 disponibles.
Ángela Parada era de las que llegaba sin citación, pero sí llevaba tiempo esperando su pinchazo. «Es la única que está en casa sin vacunar, a todos nos llegó el aviso. Ella estaba para la repesca, pero nada. Ni en Internet ni en el teléfono logró coger cita», explica su marido, que la espera en el coche. En cuanto supieron que el sábado estaba abierta la vacunación, no lo dudaron. «Sus compañeras de trabajo y hasta en la frutería le decían ‘venga Ángela que ya te toca’», comenta.
Cambio de idea
A pesar de los que acudían por la repesca o porque estaban fuera cuando los llamaron, la mayoría llegaban tras cambiar de idea, como hizo Sara Hernández. Está embarazada de 30 semanas y ha mudado el miedo por el respeto. «Antes tenía miedo, ahora ya cogí confianza al ver que otras personas fueron y están bien», señala en la sala de espera después de la inyección. En 21 días regresará para ponerse la segunda dosis.
Desde que comenzó la campaña de inmunización, en el área sanitaria se han administrado ya 460.041 vacunas, lo que significa que el 92 % de la población diana (mayores de 12 años) tiene al menos una dosis y el 85 %, la pauta completa. David Prieto es uno de ellos. A sus 18 años pasó el covid hace 13 meses. Tiene puesta la primera dosis de Pfizer y esperaba que esta mañana le administrasen la segunda. Va a empezar la universidad y quiere llegar con la inmunización completa, pero el protocolo de vacunación cambió este verano y si ya pasaste la enfermedad (aunque haya sido hace más de seis meses), ya tienes el certificado. «Mi madre pasó conmigo el covid y sí que le ponen la segunda dosis», se cuestiona este joven a las puertas de un recinto ferial, que durante todo el día mantuvo un ritmo de vacunación más alto del que esperaba el personal sanitario.
A partir de mañana y el martes se abrirá un punto de vacunación en el campus de Pontevedra para alumnos, profesores y personal universitario. «Se teñen primeiras dose postas noutra comunidade autónoma que traian a documentación para poder certificalo», indicó la responsable del área de enfermería de cara a seguir trabajando para alcanzar cuanto antes la inmunidad de grupo.