«O meu vicio é remar, e no remo non podía seguir porque non hai equipo de veteranos. O piragüismo é diferente»
08 sep 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Si a sus 65 Antonio Devesa, Tolín, decidió subirse a una piragua, la culpa hay que echársela al covid-19. «Sempre me gustou este deporte», aclara este grovense. No es extraño en una localidad que es toda una cantera de campeones y campeonas en esta disciplina. Incluso sus dos hijas se han dedicado a la piragua desde bien pequeñas. Pero lo de Tolín siempre fue el remo, y Mecos el club en el que desarrolló una larga y provechosa carrera que apuró, compitiendo, hasta los 62 años.
Pero llegó el covid-19 y el confinamiento. Con él, llegó a casa de Tolín un ergómetro de piragüismo para que una de sus hijas continuase con su preparación deportiva. «Como o tiña alí, probeino e funlle collendo o gusanillo», cuenta Tolín. En cuanto se levantó la prohibición de salir de casa, decidió subirse a una piragua. «Non ten nada que ver cunha trainera, é outro mundo!», señala. Mantener el equilibrio es todo un reto y eso que «eu estou adestrando cun caiac de mar, que é máis estable que unha piragua de competición», explica. De que le ha cogido el truco al deporte da fe el hecho de que el pasado fin de semana, Tolín participó en su primera competición como piragüista del club Breogán: el trofeo internacional de kayak de mar Concello de Vigo. «Non me podo queixar, último non quedei», comenta con humor. «Paseino en grande», señala, al tiempo que apunta que él, cuando entrena, entrena de verdad.
«O meu vicio é remar, e no remo non podía seguir porque non hai equipo de veteranos. O piragüismo é diferente», dice. Una experiencia más individual que a él, de momento, le está dando muchas alegrías e inyectándole una ilusión inesperada por conquistar nuevas metas. Seguro que las alcanza, asegura Felix Lamas, el presidente del club, satisfecho de que su deporte haya conquistado a todo un veterano que «se toma moi en serio o adestramento e o traballo».