Los tacos ibéricos de Pepe Solla supieron mejor con Alberto y García

R. Ares / B. C. O GROVE / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

La fila para la «zona gastro» del cocinero llegaba al exterior del Náutico

18 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Frente al mar en calma de la playa de A Barrosa, el atardecer que se vivió este viernes en el Náutico de San Vicente do Mar compartió la magia de aquellos de la antigua normalidad. La gran cola de interesados en degustar la «zona gastro» de Pepe Solla (separados sin rechistar por el metro cincuenta de seguridad) llegaba al exterior del local, aparentando una falsa fila de acceso que despistaba a los recién llegados.

Las mesas de la terraza, ocupadas por grupos de edades variopintas, las decoraban los emblemáticos tacos de ibérico del restaurante La Radio de Solla. Aunque este plato de inspiración mexicana resultó el más solicitado del día, la carta ofrecía cinco elaboraciones más con la merluza de Celeiro y el cerdo ibérico de Joselito como protagonistas.

El concierto sorpresa de la tarde -en un área restringida de la terraza para aquellos que tuvieran entrada- supuso la guinda final a una combinación perfecta de buen rollo, alta cocina y vistas a la ría. A Barrosa acogió las notas de Alberto y García, el grupo asturiano de pop-rock clásico con toques de electrónica.

Aunque el bajista confesó haber empezado el concierto «un poco fríos dado que las medidas de seguridad no nos permiten hacer el espectáculo al que estamos acostumbrados», el público los acogió con una calurosa bienvenida y en la segunda canción recuperaron la soltura de antaño. Solo las mascarillas y la imposibilidad de bailar de pie recordaban la situación en la que continuamos sumergidos.

La temperatura acompañaba cuando comenzó a sonar Acalorado, casi al final del concierto. Virginia y su grupo de amigas ocupaban una mesa sobre la que descansaban los envases de cartón en los que minutos antes había empanadas de merluza, puerros y setas y pastrami de lacón. «Este sitio nunca defrauda, la comida estaba riquísima y, aunque no conocíamos al grupo yo ya lo he seguido en Spotify», expresó Virginia.

La mesa de Paco, que ya había visto actuar a Alberto y García en alguna ocasión, opinaba que las canciones que más habían disfrutado habían sido las de toques latinos: «Se nota que se sienten cómodos y se lucen más», explicaba Paco.

El espectáculo terminó entre palmas y vítores. El grupo dio las gracias al público por haberlo dado todo. A modo de despedida abrieron una botella de sidra y mediante un brindis con el dueño del local prometieron regresar el año que viene.

El final del concierto no cerró la noche. Los asistentes volvieron a organizarse en una larga fila para repetir el picoteo gourmet de Pepe Solla, que se repartió hasta las doce.

Esta tarde el grupo volverá a tocar en el Náutico para todo aquel que se lo perdiese el viernes. El espacio de Pepe Solla continúa abierto, y así seguirá durante todo el verano.