«Con esta inestabilidad nadie te asegura que el próximo año no haya despidos»
AROUSA
Trabaja en una de las líneas de producción de Fundivisa, la empresa que desde el polígono vilagarciano de O Pousadoiro funde hélices para grandes barcos de pasaje. En el 2014 vio cómo 25 compañeros engrosaban las filas del paro en el expediente de regulación de empleo (ERE) aplicado en uno de esos ciclos en los que, apunta, se mueve su sector, con «dos o tres años a tope y uno de bajón», que coincidió entonces con el principio del final del túnel de la gran crisis del 2008. Hoy, desde el anonimato que nos requiere, el operario de Fundivisa nos cuenta cómo la plantilla de una de las contadas factorías de la comarca en la franja de los cien trabajadores está viviendo un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE). El que arrancó el 20 de abril, para extenderse en principio hasta el 31 de diciembre, después de un 2020 en el que se había trabajado a destajo hasta que en el último mes los pedidos cayeron en picado.
«Lo vivimos con un poco de angustia», cuenta el profesional de Fundivisa. En primer término, porque si bien «nos tratan de notificar mes a mes las jornadas que trabajaremos y las que nos tocará estar en casa», señala, «cada dos semanas están cambiando el turno y a quienes tienen hijos les trastoca la vida». A ello se une, dice, que «no sabes cuándo vas a cobrar el paro. Yo aún no he cobrado la primera semana en casa, de abril, cuando compañeros sí lo hicieron».
Pero sobre todo, lo que más angustia genera entre trabajadores en ERTE como los de Fundivisa es la incertidumbre ante el futuro, afirma uno de ellos: «Con esta inestabilidad nadie te asegura que el próximo año no haya un ERE».