La cara y la cruz de las nuevas normas para la hostelería

Antonio Garrido Viñas
antonio garrido VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

ADRIAN BAULDE

Mientras que los restaurantes tuvieron una buena acogida en el primer fin de semana con cenas, las taperías y bocaterías lamentan que los pedidos a domicilio sufrieran una notable reducción

20 abr 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

-Hola, queríamos reservar para cenar hoy.

-Nosotros no somos restaurante. Tenemos que cerrar a las nueve, pero te acercamos el pedido a casa como siempre.

-Ah, no. Lo siento, pero preferimos ir a cenar fuera de casa, ahora que podemos.

Esa conversación, o una por el estilo, asegura David Jiménez, propietario de El Trastero, que es la que mantuvo en más de la mitad de las llamadas que recibió durante el pasado fin de semana en su establecimiento. Fue el primer fin de semana en el que la Xunta habilitó la orden para que los locales hosteleros con licencia de restaurante pudieran servir cenas en sus negocios más allá de las nueve de la noche, que es la hora a la que tienen que cerrar sus puertas los establecimientos hosteleros que tienen permiso de café-bar o cafetería. Estos últimos son mayoría en la comarca de O Salnés, puesto que solamente uno de cada cinco pudieron acogerse a la nueva normativa por su tipo de licencia, pero el impacto que ha tenido la medida parece claro.

Juanjo García, del Churrasco de Rubiáns, es uno de los que sí pudieron abrir sus comedores más allá de las nueve de la noche y reconoce que durante el fin de semana la respuesta de los clientes fue fantástica. «Desde el viernes al domingo, fue un fin de semana glorioso», afirma. El hostelero asegura que el cambio de norma les hizo pagar la novatada sobre todo por las apreturas del servicio. En apenas una hora y media hay que dar de cenar a todos los que llegan. «Nos hicieron correr», explica Juanjo, que subraya que no hubo problemas para que los clientes abandonaran las mesas antes del toque de queda y bromea diciendo que esta nueva modalidad hace que los tiempos se entremezclen. «Hay clientes que ya piden los cubalibres con el churrasco», afirma.

Esa bajada de los pedidos en los establecimientos que se ven obligados a cerrar sus locales a partir de las nueve de la noche, la experimentaron también las bocaterías. Así lo reconocen en el Madia Leva, donde aseguran que el volumen de pedidos experimentó una notable reducción el pasado fin de semana.

Más allá del mayor o menor impacto económico que la medida pueda tener para el sector, en lo que sí parece haber unanimidad es en que son pocos los que la ven como lógica. «Mira que está claro que a mí me favorece -afirma Juanjo García- pero no entiendo por qué han hecho una cosa así».

Ahituvi se posiciona claramente en contra de una medida que estudia demandar ante los tribunales por considerarla ilegal

La nueva normativa que ha impuesto la Xunta levantó una notable oposición entre la asociación de hosteleros de Vilagarcía prácticamente desde que el gobierno autonómico la dio a conocer . Ahituvi se sumó a las críticas de la Plataforma en Defensa da Hostalería Galega, que considera inexplicable «en termos de saúde pública que os horarios dependan da licenza e non dos servizos que se prestan», apuntaba en un comunicado enviado la pasada semana a los medios de comunicación. Y, en esta ocasión, la crítica podría no quedarse únicamente en un simple pataleo, sino que amenaza con llegar a más altas instancias, puesto que en el seno de la asociación hay quien considera que debería llevarse a los tribunales una medida que consideran que es ilegal por discriminatoria.

«Es un claro caso de competencia desleal. En mi negocio ofrezco el mismo servicio, que no es otro que dar de comer, que en un restaurante. No me puedes discriminar por mi licencia», explica David Jiménez. El hostelero está convencido de que la normativa que ha implantado la Xunta es un claro caso de segregación que, en el caso de que alguien decidiera demandarla ante los tribunales, podría tener recorrido. Saben también los hosteleros que el camino sería largo y que, probablemente, para cuando llegara el fallo, la sentencia ya no daría mucho juego, pero, afirma Jiménez, «al menos valdría para futuras situaciones, para que vean que no pueden hacer con nosotros lo que quieran».

En el sector ha cuajado la sensación de que, más allá de favorecer a una parte minoritaria de los hosteleros, que son los que tienen licencia de restaurante en sus establecimientos, una de las intenciones de la Xunta es crear disensiones entre los autónomos, ahora que han creado una plataforma que pretende agruparlos para que tengan una voz única y mayoritaria. «Divide y vencerás. Ese es su lema», afirma Jiménez, que defiende aquel que en su momento hicieron muy reconocible los trabajadores de Lantero cuando estaban en pleno conflicto laboral. «Ou todos ou ningún», claman los hosteleros.