Baión recupera la talla de una virgen con el niño del siglo XIII

Bea Costa
bea costa VILANOVA / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

Se mostrará en el templo en la misa del domingo y después se sustituirá por una réplica. La imagen fue localizada en una limpieza de la casa rectoral

18 mar 2021 . Actualizado a las 10:20 h.

A día de hoy siguen apareciendo tesoros del románico que permanecieron ocultos durante no se sabe ni cuanto tiempo. Ocurrió hace meses en la casa rectoral de Baión (Vilanova), donde hallaron una talla de madera que, ya a simple vista, hacía sospechar de que no se trataba de una imagen cualquiera. Efectivamente, los expertos de Acanto Conservación y Restauración la datan entre los siglos XIII y XIV, con factura de estilo románico tardío o comienzos del gótico.

Con motivo de la jubilación del párroco Enrique Porto Rey y del nombramiento del nuevo administrador parroquial, la rectoral quedó vacía y tocó hacer limpieza e inventario. Entre papeles y objetos varios apareció una virgen hecha en madera de castaño, que, según se comprobó después, había perdido volumen debido a un ataque de termita y carcoma. En la parroquia recabaron una opinión autorizada y, ya con el nuevo párroco Manuel Folgar, optaron por recuperar la meritoria pieza recurriendo a fondos propios. Este miércoles, tras meses en el taller, volvió a su sitio, a la iglesia de San Juan de Baión, y lo hizo por duplicado, pues aprovechando la restauración de la pieza original se elaboró una réplica.

Las autoridades eclesiásticas decidirán ahora cuál será el emplazamiento de la virgen románica y, dado su valor artístico, en Baión no descartan que vaya a parar a algún museo. Pero la parroquia no perderá a su virgen del todo porque la réplica quedará en la iglesia de San Juan y están pensando ya en dotarla de retablo propio, según explica Isidoro Buceta, uno de los vecinos implicados con este proyecto.

De todos modos, los feligreses de Baión no se quedarán sin la oportunidad de ver de cerca esta reliquia porque el domingo se expondrá al público aprovechando la misa de las diez, compartiendo espacio con San Juan, San Sebastián, San José, San Antonio y la Virgen de los Dolores. «Para nós é un acto importante a nivel cultural e a nivel relixioso, é moi bonito recuperar unha imaxe á que seguro lle rezou moita xente anos atrás», apunta Isidoro.

Ni los más viejos del lugar recuerdan haber visto ni haber venerado nunca a esta virgen con el niño en brazos que, por lo visto, había quedado olvidada entre los trastos. Se trata de una talla de 54 centímetros de altura, «exenta, de bulto redondo y que parece realizada en una sola pieza». Cuando se localizó, conservaba restos de policromía y dorado y la virgen poseía una corona real, «lo que nos sitúa ante María como reina de los cielos», según explica José Luis Ferreira, de la empresa Acanto.

Según reza en la memoria del proyecto de restauración de la talla, la virgen sostiene en su mano «algún objeto, posiblemente una fruta, quizás una manzana, como la anti-Eva, aquella gracias a la cual se borra el pecado original». El Niño Jesús viste túnica talar blanca, también con flores doradas, llegando a nuestros días bastante dañada, en concreto sin su extremidad derecha, y, en lugar de corona, luce una especie de nimbo o aureola a modo de diadema. «Vemos que no hay una proporcionalidad, la cabeza de la virgen es exageradamente grande. Existe cierto hieratismo y rigidez, no hay un movimiento natural. Sin embargo existe un acercamiento entre madre e hijo, al llevarlo sobre su brazo izquierdo y no sobre sus rodillas, lo cual hace que se haya perdido la simetría», según la descripción que ofrecen desde Acanto.

«Por la antigüedad de la pieza, sabemos que no estuvo siempre allí. Desconocemos cuando y quien pudo llevarla a la casa rectoral, pero lo más probable es que proviniera de la iglesia parroquial, cuyos orígenes se remontan a la Edad Media». Esta iglesia comenzó a construirse entre los siglos IX y X y, tras mucha historia detrás, en el año 2012 fue objeto de sus últimas obras para renovar la cubierta y restaurar el retablo.

En cuanto a la casa rectoral, es una antigua mansión paceña de los Sotomayor situada en el lugar de Carballo, que en algunos documentos antiguos figura como «lugar de Portosende». A finales del siglo XVI, ya se mencionaba como residencia del párroco.