Los huesos de O Carreiro, en Fiscalía

Rosa Estévez
rosa estévez O GROVE / LA VOZ

AROUSA

Martina Miser

Los restos destapados por los temporales del pasado fin de semana fueron recogidos este viernes por técnicos de la dirección xeral de Patrimonio

28 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El pasado fin de semana, entre las arenas de la playa de O Carreiro asomaron huesos y restos de cerámica. La inmediatez del yacimiento de Adro Vello no parece dejar muchas dudas sobre el origen de esos materiales, y así lo debieron pensar los agentes de la Guardia Civil que el lunes acudieron a la playa para ver qué era lo que había pasado, y que se marcharon sin haber hecho nada al entender que el asunto escapaba a sus competencias. Los guardias habían llegado hasta el arenal alertados por el Concello de O Grove. Este seguía, así, el protocolo que les había indicado Patrimonio meses antes, cuando había ocurrido un hecho semejante. «Esta vez no llamamos a la Xunta porque nos habían dicho que a quien teníamos que avisar era a la Guardia Civil», explica el alcalde Cacabelos, matizando sus palabras de hace unos días.

Lo cierto es que a mediados de semana, Patrimonio se enteraba «por la prensa» de lo que estaba ocurriendo en la batida playa de O Carreiro. Además de prometer dar un buen tirón de orejas a las autoridades competentes por no haber cumplido con sus obligaciones, anunciaba que sus técnicos visitarían el yacimiento de Adro Vello para ver qué era lo que tanto revuelo había levantado. Lo hicieron, finalmente, el viernes, casi una semana después del hallazgo.

Según explican desde la Consellería de Cultura, los huesos «están nas mans da Fiscalía que, tras comprobar que se trata de restos históricos, os entregará á Xunta de Galicia para o seu estudo e posterior conservación».

Parece haberse activado, por fin, un protocolo que desde luego no está estandarizado. Y eso que, situaciones como la originada por el viento y la fuerza de la marea, que socavaron la duna en la que se halla el yacimiento, dejando a la luz restos humanos, son relativamente frecuentes en esta zona de O Grove. Lo que está claro es que el kafkiano espectáculo de esta semana debería obligar a reflexionar sobre la urgencia de proteger de alguna manera lo que Adro Vello esconde. Dada la confrontación política que ha generado toda esta cuestión, hay voces que apuntan, no sin amargura, que tal vez lo mejor sea tapar de nuevo un yacimiento descubierto en los ochenta y maltratado desde entonces.