Cultura propone como zona a proteger toda la ensenada en la que está enclavado Adro Vello

Rosa Estévez
rosa estévez O GROVE / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

La Xunta avanza en la tramitación de la declaración de BIC

19 feb 2021 . Actualizado a las 12:47 h.

Hace unos días, la Xunta anunciaba que el proceso para declarar Adro Vello como Ben de Interese Cultural (BIC) estaba a punto de dar un gran paso adelante. Ayer, desde el departamento de Cultura se informaba de que se ha enviado «aos órganos consultivos o informe que permitirá incoar o expediente» para proteger por fin «o xacemento romano, situado no borde da praia do Carreiro». La propuesta, «un amplo traballo elaborado pola Dirección Xeral de Patrimonio Cultural que recolle a importancia histórica, cultural e científica desta zona», ha sido remitida al Consello da Cultura Galega, a la Real Academia Galega de Belas Artes y a la Facultade de Xeografía e Historia da Universidade de Santiago.

En dicho trabajo se explican las razones por las que, según la Xunta, este enclave debe de ser protegido. Hablan, en concreto, de su «interese científico» y de su «importancia dentro do panorama arqueolóxico de Galicia». En concreto, «o estudo subliña que a ampla secuencia histórica dos restos, así como o potencial desta área na que existen evidencias de bens mobles ou inmobles susceptibles de ser estudados con metodoloxía arqueolóxica, avalan o seu potencial como recurso científico de primeira magnitude e a súa relevancia e valor cultural destacado».

¿Pero de qué hablamos cuando hablamos de Adro Vello? ¿De la superficie excavada? ¿De lo que aún está enterrado? El documento de la Xunta intenta clarificarlo. «En canto á delimitación, a proposta inclúe, ademais da zona escavada, a área comprendida ata o outeiro granítico situado ao sur do xacemento, a antiga fabrica de salgadura e, polo leste, ata a punta mariña que pecha a praia do Carreiro». Es decir, se propone «un contorno de protección que abranga a totalidade da enseada do Carreiro», dejando fuera el núcleo de San Vicente, «que conta xa con protección patrimonial propia».

La protección entraría también en el mar, hasta la línea de cons existente en la playa, «debido á potencialidade arqueolóxica desta enseada e ás numerosas referencias sobre a existencia de pecios afundidos baixo estas augas». Según la Xunta, se trata de un contorno «que garante a investigación, protección, contemplación e revalorización deste xacemento arqueolóxico no seu contexto».

El yacimiento de Adro Vello incluye desde una factoría romana de salazón y una villa romana, hasta un área de explotación de recursos marinos, restos de estuco, cerámica y cantería. Hay también restos de una necrópolis con hasta diez niveles de enterramiento, una iglesia altomedieval, documentada históricamente a finales del siglo IX, y un conjunto defensivo, torre y cerca, de la misma época.

Adro Vello fue objeto de varias campañas de excavación en los años ochenta y noventa, pero desde entonces el yacimiento ha quedado en un ángulo muerto para la Administración. En numerosas ocasiones se ha prometido actuar en la zona, pero han sido apenas pequeños lavados de cara. Desde hace unos meses, esta zona arqueológica se ha convertido en motivo de agria disputa política entre la Xunta, que asegura «estar facendo a súa parte», y la Diputación y el Concello, que quieren crear una comisión para trazar una hoja de ruta para el yacimiento.