Vilagarcía se suma a la moda de los Camiños Escolares Seguros

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso REDACCIÓN / LA VOZ

AROUSA

Alexandre Mouriño Fernández

Invertirá 400.000 en una primera fase para O Piñeiriño y A Lomba

13 feb 2021 . Actualizado a las 20:53 h.

El Concello de Vilagarcía será el próximo en poner en marcha los Camiños Escolares Seguros, una iniciativa que se triunfa en otras ciudades como Pontevedra y que buscar animar a los padres a dejar que sus hijos vayan andando solos al colegio. La iniciativa se enmarca dentro del plan global para hacer una ciudad más amable y sostenible medioambientalmente y pensada para los peatones. El proyecto ya está listo y la financiación se incluirá en los presupuestos de este año, con una partida de 400.000 euros. La primera fase afectará a la conexión de O Piñeiriño y de la zona de Doutor Tourón con A Lomba. Marcará las pautas para este modelo que el Concello quiere poner en marcha en el resto de centros educativos de la localidad.

Explican en Ravella que el plan fue elaborado durante el último año por el estudio de arquitectura A:Escala, especializado en urbanismo y movilidad sostenible. A pesar de la pandemia, se redactó en contacto con la comunidad escolar y se hicieron estudios a pie de campo, incluso con aplicaciones para que los padres ayudaran a mapear los recorridos más habituales. Solo en el entorno de A Lomba, explican en Ravella, donde hay dos colegios y una escuela infantil, cada jornada, entre la entrada y la salida, se mueven 900 alumnos y hasta 600 vehículos particulares, además de los correspondientes autobuses del transporte escolar. En el Concello consideran que estos datos, por sí solos, obligan a tomar medidas para garantizar la seguridad de la comunidad escolar pero es que, además, quieren ir un paso más allá y por eso pondrán en marcha los Camiños Escolares Seguros.

Estos itinerarios están pensados para que los niños ganen autonomía personal y calidad de vida, mientras van y vienen a la escuela, evitando viajes motorizados en el coche familiar. De ahí el diseño de itinerarios seguros para los desplazamientos a pie o en bicicleta y la previsión de que exista una cierta supervisión en la movilidad, con la implicación de los padres, policía local, profesores y voluntarios, garantizando con eso la seguridad de todos en el proyecto.

Los trabajos para poner en marcha estos caminos seguros se desarrollarán en dos fases. En la primera se invertirán 400.000 euros y, en la segunda, otros 300.000. Serán de financiación propia y de fondos europeos, a los que hay que añadir el retranqueo del muro de A Lomba, que se financiará con fondos de la Diputación. Las obras implicarán la reforma de las aceras, la eliminación de barreras arquitectónicas, el ajardinamiento y la mejora de la iluminación. Este plan se desarrollará de forma conjunta con el de las ciclovías.

Garantizar que la entrada y salida de los colegios se desarrolla en unas condiciones de seguridad para todos los implicados es uno de los objetivos del proyecto Camiños Escolares Seguros. Este se completará con otra iniciativa, que ha sido bautizada como Bico e vai! y que busca habilitar un espacio para que los padres puedan parar el coche durante un instante y los niños bajar del mismo en condiciones de seguridad y acceder al centro.

Estos espacios están pensados para los casos en los que es inevitable el traslado en coche de los estudiantes. El proyecto diseñado por A:Escala prevé habilitar unas zonas delimitadas y rotuladas en las entradas de los centros en los que los vehículos podrán detenerse durante unos segundos. Explican en el Concello de Vilagarcía que estos son una versión del Kiss & go! que ya se usa en otros planes similares pero que ahora se ha adaptado al gallego y al Programa de Mobilidade Vai!.

Según explica A:Escala, las ciudades caminables promueven la recuperación de las calles por parte de la infancia, por eso no se consideran admisibles diseños y regulaciones que dificulten a los escolares de primaria caminar con autonomía. Y por eso también, el diseño de estos espacios debe propiciar el juego libre, las zonas peatonales y limitar la velocidad a 10 kilómetros.