Una podóloga vilagarciana crea la oenegé Equipo Nómada para dar atención sanitaria en Marruecos y Camerún

La Voz VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

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La aventura comenzó hace aproximadamente cuatro años, cuando se embarcaron por primera vez en una misión de ayuda humanitaria

02 feb 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Iria Somoza no está sola en el alumbramiento de Equipo Nómada, una oenegé que pretende mejorar la atención sanitaria y la calidad de vida de personas en riesgo de exclusión social. Marta Grela, una coruñesa con la que comparte su profesión de podóloga, y profesionales de otras disciplinas, desde la fisioterapia a la enfermería o la terapia ocupacional, han decidido unir fuerzas para intentar hacer del mundo un lugar un poco mejor.

La aventura comenzó hace aproximadamente cuatro años, cuando se embarcaron por primera vez en una misión de ayuda humanitaria participando en proyectos sociosanitarios en Azrou, en Marruecos, de la mano de la Asociación Felicidad sin Fronteras. Tras una «de las mejores experiencias de su vida», según contaban, este grupo de sanitarias decidió continuar con esta labor. Para conseguirlo, realizan trabajos de campo en las regiones a actuar, analizan la prevalencia de patologías y ponen en marcha los proyectos necesarios para tratar las necesidades reales y cuantificadas de cada especialidad sanitaria.

Entre sus iniciativas se encuentra la concienciación sobre el cuidado de los pies. En el trabajo de campo, las podólogas explican que hacen exámenes sobre el funcionamiento del método Ponseti, un tratamiento conservador para bebés que nacen con pie equinovaro congénito, también llamado pie zambo, y que consiste en la colocación de yesos seriados semanales hasta la corrección de la deformidad. Además, toman en cuenta otras patologías podológicas presentes en la zona y planifican posibles campañas quirúrgicas en caso de requerimiento.

En este 2021, si la pandemia lo permite, realizarán su primer proyecto en Bikop, un pueblo de Camerún, de la mano de la Congregación ACI y las Hermanas Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, además de continuar el trabajo en Marruecos. En ambos países, «el calzado inadecuado, la escasez de transporte, el trabajo rural, la incapacidad de acceso a la sanidad privada, el nivel sociocultural bajo y la exclusión social de algunos colectivos provocan que la concienciación sobre cuidado podológico sea muy baja o nula», manifiestan.