Mascarillas que pulverizan los estigmas

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

ADRIÁN BAÚLDE

Las personas con enfermedad mental devuelven cuidado con cuidado: protección frente al covid

19 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Quienes se extrañen al leer el título que sobrevuela estas líneas deben comprender que no es fácil resumir en una frase todo lo que entraña el proyecto en el que está inmersa la comunidad de Lar. La fundación que desde Vilagarcía cuida de un centenar y medio de personas que padecen trastornos mentales hace un trabajo excepcional en Galicia: el tratamiento y la rehabilitación de gente a la que sus pensamientos y sus estados de ánimo les dificultan vivir una vida con normalidad, sea eso lo que sea.

Escuchar a Obdulia Abal y a David Paulos baja a cualquiera de las nubes. «Nosotros estamos al pie del cañón y tratamos de luchar contra el estigma; queremos devolver una parte del cuidado que nos está dando la sociedad con cuidado para los demás». En su caso, ese cuidado que se devuelve con cuidado cobra la forma de una serie de mascarillas que los usuarios de Lar elaboran con sus propias manos y distribuirán de balde, el día de Nochebuena, a las puertas del comedor social que Cáritas regenta en la plaza de la Constitución.

A lo largo de las últimas semanas, los usuarios de Lar han confeccionado varios centenares de estas mascarillas. Elaboradas con algodón, y sometidas a exigentes protocolos que garantizan su capacidad de protección y la posibilidad de someterlas a 25 lavados sin que pierdan sus condiciones, las piezas responden a tres tamaños y cualquiera puede adquirirlas telefoneando a la fundación vilagarciana.

«Realmente valen el precio que pedimos por ellas», señala Jesús López, psicólogo y coordinador del centro de rehabilitación. El trabajo no es sencillo y se realiza en fases sucesivas. «Ayer uno estaba planchando, otro cortando, otro más embolsando, yo les iba poniendo las gomas... Es prácticamente una cadena de montaje», explica Esther Vázquez, la monitora del equipo que desarrolla este particular proyecto.

El laboratorio italiano Angelini Pharma sufraga la confección del lote de mascarillas que Obdulia y David repartirán entre quienes acudan al comedor de Cáritas el próximo jueves. «Se han fijado en nuestro trabajo y parece que les han hablado bien de nuestra labor de recuperación psicosocial», señala Jesús.

La entidad que sacan adelante Amelia Varela -una de las pocas profesionales en toda España que se han formado en rehabilitación psicosocial- y su equipo trabaja con 160 usuarios y una veintena de residentes en el complejo de A Laxe. Acostumbrados a que su labor pase más o menos desapercibida, no hay mejor halago que el relato de quienes, gracias a ellos, han recuperado una vida propia. «A mí me animaron a sacar el carné de conducir, y lo acabé haciendo; también hicimos una obra de teatro. La enfermedad mental es una enfermedad, necesita una medicación, como otras enfermedades, y se puede convivir con ella con normalidad», apunta Obdulia. Ella y David son pareja. Tienen un apartamento propio y cultivan sus aficiones. «A mí me gusta mucho pescar, en el mar, no en el río», puntualiza él. «Tiramos uno del otro, nos comprendemos cuando estamos de bajón, y eso es lo más importante», añade ella.

El proyecto que Lar desarrolla en colaboración con Angelini Pharma no se agota en la distribución solidaria de mascarillas. Dentro de unos días, la fundación vilagarciana anunciará un ciclo de seis conferencias en centros hospitalarios y organizaciones sociales del entorno de O Salnés. Su objetivo es difundir el mensaje de que la enfermedad mental puede levantar enormes obstáculos frente a quienes la padecen, pero no evita que sigan siendo personas que, en muchos casos, pueden superarla si tienen a su disposición las herramientas y los terapeutas adecuados. «No trabajamos con patologías, trabajamos con personas», recuerda Jesús. Obdulia y David supieron cuidar de sus padres cuando más lo necesitaron. Sobran palabras.