La tele que apareció en un con y otras 30 toneladas de basura «pescadas» en A Illa

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

El trabajo voluntario y coordinado de vecinos y cofradía da sus frutos

18 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Es urgente. Es de vital importancia. Y sin embargo, la lucha contra el cambio climático siempre acaba siendo desplazada del primer puesto de la agenda política por otras cuestiones. Ahora, por el covid-19. Aún así, hay lugares en los que no pierden de vista el problema ambiental. A Illa es uno de ellos. Y la cofradía San Xulián, la abanderada de un esfuerzo colectivo que está dando sus frutos. Pongámosle cifras. Desde la entrada del pósito en el programa Clean Atlantic, sus contenedores han servido para rescatar alrededor de 30 toneladas de basura arribadas a las costas isleñas. Una cifra que se ha hecho realidad gracias a las redes sociales y al empeño del patrón mayor, Juan Rial Millán, por aprovechar el trabajo voluntario de cientos de personas.

Vayamos por partes. La cofradía de A Illa se unió en 2019 al programa Clean Atlantic para la recogida de plásticos y residuos en el mar y en la costa, con el objetivo de clasificarlos, estudiar los resultados y empezar a sacar conclusiones útiles. El sector pesquero y marisquero estaba llamado a ser el gran protagonista de ese movimiento. Pero, ¿por qué limitarlo de esa manera? En A Illa -igual que en casi todos los municipios costeros- cada vez son más las personas que salen a caminar por la costa y que aprovechan esos paseos para ir recogiendo la basura con la que se encuentran. Como Hansel y Gretel, esos voluntarios van dejando los montoncitos de basura que reúnen en las zonas más altas de las playas. Consciente de ello, Rial Millán tuvo una idea. «Os nosos vixiantes andan por moitas zonas co coche, e pensamos que son viaxes que se poden aproveitar para recoller eses residuos e depositalos nos colectores do programa Clean Atlantic», explicaba hace un año, cuando acababa de crear en Facebook el grupo Basura Marina.

El funcionamiento del mismo, que ahora supera con creces los mil seguidores, es sencillo: quienes dedican parte de su tiempo a retirar basura de la playa y las rocas, le saca una foto y la comparte, junto con su ubicación. En cuanto pueden, los vigilantes de la cofradía pasan a retirar esos residuos. En ocasiones, los caminantes alertan no de basura recogida y depositada, sino de objetos que aparecen en los lugares más insospechados. Como una televisión que apareció sobre unas rocas que emergen del agua a unos metros de la orilla, o una lavadora. Por lo demás, abundan en estas capturas ambientales lo de siempre: redes y restos de laboreo del mar, envoltorios, ruedas...

El trabajo realizado llena de orgullo al patrón mayor de A Illa, que siempre que puede agradece el esfuerzo a los voluntarios y a los vigilantes de la cofradía, que han asumido esta tarea de recogida como una parte más de su día a día. En el camino se han encontrado con los típicos pícaros: campistas que querían utilizar el servicio como si de una recogida de residuos a domicilio se tratase, o vecinos que pretendían deshacerse de los trastos del desván simulando que los habían recogido en la playa.

Pero este viaje ha dejado más cosas buenas que malas. «Hai xente que colabora moitísimo», explica Rial Millán. Y suele ser esa gente la que más aprecia el esfuerzo que está haciendo la cofradía de A Illa. Estos días, por ejemplo, un vecino de los que habitualmente usa sus paseos para limpiar ha querido compartir unos décimos de lotería con los vigilantes del pósito. ¡Que haya suerte!