De la veintena de oficinas que hay en O Salnés, casi todas cerraron al público
13 dic 2020 . Actualizado a las 13:18 h.«Estamos nunha situación dantesca, parecemos uns desahuciados». La reflexión es del vicepresidente de la Plataforma polos dereitos das axencias de viaxe de Galicia (PDAVG), Xabier Pombo, y no puede ser más contundente. Se habla mucho de los hoteles, de los bares, del comercio, pero ¿quién se acuerda de las agencias de viajes? se lamenta. El covid-19 no solo les dejado sin su sustento, les está costando dinero porque estas empresas se ven obligadas a pagar alquileres, servicios, seguros y licencias si quieren algún día retomar la actividad. Y todo esto sin viajeros a quienes poder vender su producto.
Cuando entre decreto y decreto alguien se aventura a reservar un avión, un hotel o un circuito se expone a un cierre perimetral, a guardar cuarenta o, en el peor de los casos, a un positivo, de modo que son muy pocos los que se arriesgan. En las agencias saben bien el caos que supuso este escenario durante el confinamiento. Todos los viajes contratados para la pasada primavera tuvieron que ser cancelados, con lo que ello supuso de trámites, papeleos y gastos. «Houbo compañeiros que pagaron aos clientes adiantando os seus propios cartos», relata Pombo.
Aquellos días horribilis parecen superados porque la gente ya apenas viaja y el que lo hace toma precauciones y sabe a lo que se enfrenta. Aun así, las compañías aéreas siguen siendo reticentes a devolver el importe de los billetes. «As compañías están cobrando subvencións millonarias e seguen sen devolver nada, e xa non digamos as low cost».
Este escenario deja a las agencias de viaje en una situación agónica. De las 600 que hay en Galicia, el 85 % no han vuelto a abrir al público desde marzo; de estas, la mayoría están sujetas a ERTE y los pocos que optaron por el teletrabajo lo hacen para resolver cancelaciones y atender a sus clientes. Ochenta agencias ya echaron el cierre definitivamente, según los datos que maneja PDAVG, y el futuro inmediato se presenta desolador.
La campaña de Navidad está perdida y las expectativas para Semana Santa no son nada halagüeñas teniendo en cuenta que en Andalucía y Castilla y León ya han anunciado la suspensión de los actos religiosos, eso sin tener en cuenta que, aunque para entonces una parte de la población este vacunada, se prevé que la incidencia del coronavirus siga siendo alta.
Con este panorama, los agentes de viajes han tenido que coger la pancarta. Lo hicieron el mes pasado en Santiago ante el Parlamento de Galicia y volverán a hacerlo con el fin de pedir a la Xunta que apruebe medidas específicas para el sector. «Cando unha empresa de 200 traballadores ten problemas todo o mundo pon o grito no ceo e a nós, que xeramos 1.200 postos de traballo en Galicia ninguén nos mira. Os grupos políticos non teñen nin idea do que é noso sector; necesitamos axudas específicas, nós non temos posibilidade de facturar e tampouco podemos pechar porque temos que manter as nosas licencias. Estamos pagando por traballar», señala Pombo.
Las ayudas a las que pueden acogerse estos empresarios son las mismas que las que están habilitadas para cualquier otro autónomo, «pero como poden pretender que sigamos abertos dándonos 1.500 euros cando temos que pagar 360 euros de seguro e seguir mantendo todos os demais gastos?», se pregunta Xabier Pombo.
El objetivo a corto plazo es aguantar el tirón hasta el verano, para cuando se espera que los viajes, y resto de nuestra cotidianidad, vayan normalizándose. Entre tanto, de la veintena de agencias de viaje que hay en O
Salnés, se cuentan con los dedos de un mano las que permanecen abiertas a público.