«Aquí falta a xente maior»

Maruxa Alfonso Laya
m. alfonso VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MONICA IRAGO

Vilagarcianos y vilanoveses asumen con normalidad las nuevas restricciones, aunque ven menos afluencia a sus negocios por miedo al covid-19

26 sep 2020 . Actualizado a las 21:00 h.

No era ayer un buen día para los vendedores del mercado y de la plaza de abastos de Vilagarcía. Y no solo porque las nuevas restricciones impuestas por el covid-19 hayan obligado a reducir aforos y regular entradas. «Los mercados no están valiendo mucho últimamente y además septiembre es un mes muy flojo», explicaba Rosalía, una de las vendedoras del mercadillo vilagarciano. «É fin de mes e todo inflúe», añadía Luis, de Pescados Carmiña. Tenía claro, sin embargo, que el coronavirus, y las nuevas restricciones impuestas en este municipio por la incidencia de la pandemia, se estaba dejando sentir en la afluencia de público a la plaza vilagarciana. «Aquí falta a xente maior», aseguró. Por lo demás, comerciantes y clientes asumieron con total normalidad las nuevas medidas, tanto en Vilagarcía como en Vilanova, donde había locales que ya había tomado medidas antes de que se decretasen. «Nós xa deixamos de servir na barra o venres», cuenta Diego Nogueira, dueño del Pé de Cuba.

«Esta mañana nos hemos instalado dejando más espacio entre puestos», cuenta Rosalía. Y es cierto que los vendedores del mercadillo vilagarciano estaban más alejados unos de los otros que en otras ocasiones. No hubo problema para recolocarlos a todos, «porque hoy falta mucha gente», aseguró. Tampoco había aglomeraciones en ninguno de ellos, quizás porque tampoco fue una jornada de mucha afluencia debido a la lluvia «y a que estamos a final de mes», contó otro de los ambulantes.

En la plaza de abastos volvieron las colas, pero nada comparado a lo sucedido en el confinamiento. «Parece que hay mucha cola, pero en realidad va muy rápido», aseguró Loli Miramontes, que apenas llevaba unos minutos para acceder al interior de la plaza. El Concello habilitó una única puerta de entrada y otra de salida, donde operarios municipales regulaban las entradas. No así en la plaza de la verdura, donde estaban todas las puertas abiertas y la gente entraba y salía sin problema. «Nos dijeron que iban a tomar medidas, pero al final no hicieron nada. Igual vieron que no había problema», explicaba una de las vendedoras, que también aseguraba que la afluencia era la normal de estas fechas. No estaban de acuerdo los del pescado. «Estamos a fin de mes, pero hai menos xente. A min fáltame a xente maior», aseguraba Luis.