El instituto Castro Alobre también tendrá que impartir un bachillerato semipresencial

Serxio González Souto
serxio gonzález VILAGARCÍA / LA VOZ

AROUSA

MARTINA MISER

Las familias de los alumnos exigen a Educación que contrate al profesorado necesario para «evitar esta discriminación»

21 sep 2020 . Actualizado a las 21:00 h.

¿Puede convertirse algo tan aleatorio como disponer de un aula más grande o más pequeña en un factor de desigualdad en la enseñanza pública? El coronavirus y su pandemia parecen a un paso de conseguir que la respuesta sea positiva. Como sucede en el Asorey de Cambados, también el instituto Castro Alobre de Vilagarcía se verá obligado a someter a su alumnado de bachillerato a una fórmula semipresencial de asistencia a clase.

La Consellería de Educación ha concedido al centro 13 de los 22 profesores que la dirección había solicitado. Su número es suficiente para desdoblar los cursos de enseñanza secundaria obligatoria, de forma que los chavales acudan puntualmente cada día. Pero no para garantizar que los estudiantes de bachillerato puedan hacer lo mismo. Así que, para desesperación del claustro, no queda otro remedio que dividir los grupos, de forma que una mitad vaya a clase una semana, y la otra, la semana siguiente. Entretanto, trabajo en casa sin una red capaz de hacer posible que, al menos, los chicos del turno ausente puedan seguir las lecciones desde sus domicilios.

La asociación de madres y padres de alumnos del Castro Alobre no ha tardado en reaccionar ante este horizonte. Este mismo lunes, El colectivo quiso mostrar su respaldo expreso a la dirección del centro, a su claustro de profesores y al personal no docente «polo seu arduo traballo durante o verán para levar a cabo as diferentes medidas ditadas pola Consellería de Educación». Las familias lamentan que, pese a ello, los cambios en el protocolo impidiesen el inicio del curso en la fecha prevista. Pero, sobre todo, consideran inasumible que «as clases non sexan presenciais, xa que iso iría en detrimento da calidade da educación e suporía unha discriminación clara na ensinanza pública». Tanto, que aseguran no estar dispuestos a consentir que tal situación se prolongue.

Con un número de alumnos que se eleva por encima de los ochocientos, en la mente de todos se encuentran las pruebas de selectividad y la desigualdad que supondría que los chavales de unos centros hayan acudido a clase presencial, y los de otros, no. Además de recordar que «moita xente non dispón nin de Internet na casa nin dos equipos necesarios para traballar telematicamente», la AMPA advierte que tampoco el instituto cuenta con medios suficientes como para impartir sus clases en directo a través de medios telemáticos. En consecuencia, el colectivo reclama a Educación que contrate a los profesores necesarios para impedir «esta discriminación».